
Publicado en el Diario ABC el jueves 13 de octubre de 2022
Por José Manuel Moreno Rodríguez
«¿A qué esperamos para revisar todas, digo todas, nuestras actividades, horarios y formas de vivir para ver si son compatibles con no poder estar al aire libre durante el día, o en edificios sin capacidad de controlar la temperatura dentro de límites tolerables para la salud? Nuestras formas de vida se han establecido con el clima del pasado, por lo que no queda más remedio que cambiarlas en sintonía con el nuevo clima»
Este 2022 pasará a los anales de la climatología como un año excepcional. Durante buena parte del verano, día tras día, sin apenas tregua, las temperaturas sobrepasaron todo lo conocido en numerosas partes de España. Si malo era estar al aire libre durante el día, la noche no era mejor, pues la temperatura no bajaba lo suficiente para permitir conciliar el sueño sin la ayuda de aparatos eléctricos. Al usarlos, producíamos nuevas emisiones de CO2, alimentando así al calentamiento global. Las temperaturas extremas matan, pues no podemos evadirnos de ellas, y condicionan la vida de todos los organismos, incluidos nosotros. Si les añadimos sequía, el coctel de fuego está servido. «Leer artículo completo»
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