Por Jesús Fuentes Lázaro
Comenzaba el viernes, 5 de abril de 2024, y los grupos madrugadores de turistas hacían las primeras fotografías a la impactante fachada de la Catedral. Un poco más tarde, hacia las 11,30, en la Sala Capitular del Ayuntamiento, con la presencia del Alcalde y la Presidenta de la Diputación, se reunía el Capítulo de Toledo de la “Academia de Ciencias Sociales y Humanidades de Castilla la Mancha.” Una institución de creación reciente que aspira a reunir y divulgar la ciencia y las humanidades de los territorios de Castilla La Mancha, aún apegados a las viejas divisiones administrativas del siglo XIX.
La Academia entronca con los principios de la milenaria Academia que Platón creara en la Atenas clásica, un lugar donde se estudiaban y aprendían todas las ciencias. Querían entender y explicar racionalmente la realidad. El mundo en aquellos tiempos era un sueño que había que configurar. La Academia cerraría en el año 532 d.C. El modelo, sin embargo, se prolongaría en “La Casa de la Sabiduría” en Bagdad, fundada por Al-Mamun, en los tiempos que Catherine Nixey ha llamado la “Edad de la Penumbra.” Entre Bagdad y Damasco califas cultivados acapararon la filosofía y los saberes helenistas que llegarían a Europa, tras la consolidación de Al Andalus y el reino de Toledo. Las academias se replicarían durante el Renacimiento y más tarde con la Ilustración. Conocedores de los objetivos y trayectorias temporales los diseñadores del escudo de la Academia han representado el “Mochuelo de Atenea,” símbolo de la sabiduría, arropando con sus alas al escudo de la Comunidad Autónoma.
En la nueva institución, impulsada por Luis Arroyo, lo que mueve a sus miembros es la trasmisión de saberes, la reflexión documentada, el descubrimiento de personajes e historias que nacieron y ocurrieron en los amplios e ignorados territorios de Castilla-la Mancha. Se trataría de acumular en un receptáculo virtual y documental cuanta ciencia y belleza se ha producido en lugares que se han entendido habitualmente como un espacio de frontera, ajeno a la Historia. Probablemente esta sea una forma de diluir el aislacionismo provinciano que la política y la economía aún no han sabido desmontar. ¡Qué bonito acto, qué bonitas palabras, qué doctas intervenciones, qué proyectos se anuncian para hacer realidad el sueño de la ciencia y las humanidades colectivas en Castilla la Mancha!
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