Por Juan José Rubio Guerrero.
Publicado en el Monográfico de la Tribuna de Ciudad Real (especial empresas: innovación y tecnología) el 25 de octubre de 2023.
La economía de Castilla-La Mancha (CLM) representa en torno al 3.5% del PIB nacional, manteniendo un peso similar en los últimos 20 años. En este período hemos experimentado un crecimiento económico medio similar al del conjunto de la economía española. Lo mismo ha ocurrido con la población que crece en la misma proporción que la media nacional. Esto explica que la renta per cápita de nuestros ciudadanos, si bien ha crecido, lo ha hecho en la misma proporción que la media española. Este crecimiento paralelo ha provocado que las divergencias en términos de PIB per cápita no se hayan reducido. La renta per cápita de CLM representa en la actualidad en torno al 80% de la media española.
CLM se caracteriza a nivel sectorial por un nivel de terciarización inferior a la media española, siendo aquel un indicativo del grado de desarrollo de una economía postindustrial. La menor terciarización se debe al mayor protagonismo tanto de la agricultura como de la industria en la región. El sector agrario representa en tono al 7% de la actividad económica, frente al 2% en media nacional. Asimismo, la industria, tanto manufacturera como extractiva, tiene mayor peso que en el conjunto de España al concentrar un 20,5% del VAB de la región frente al 17,5% a nivel nacional. No obstante, este diferencial se está reduciendo debido particularmente al mayor empuje de las actividades inmobiliarias, el comercio y las Administraciones Públicas que registran unos crecimientos medios anuales superiores a los presentados en la media nacional.
Desde 2008, con excepciones puntuales, la tasa de paro en CLM se ha situado ligeramente por encima de la tasa de paro a nivel nacional. Un aspecto positivo de nuestro mercado laboral es la menor incidencia del desempleo de larga duración, gracias a la capacidad de reorientación de los sectores económicos que sufrieron en mayor medida la crisis. Si analizamos el contexto económico y social de la Comunidad de Castilla La Mancha, explicativo del retraso relativo respecto a la media española, una de las causas que saltan a la vista inmediatamente es la correlación entre nivel de desarrollo y nivel de formación de la población adulta. Es un tema sobre el que hay trabajar de cara al futuro orientando la formación, interpretando y asumiendo las necesidades empresariales de nuestra comunidad.
El sector exterior de CLM tiene una tasa de apertura menor que la media española. Sin embargo ha mejorado sensiblemente en los últimos años, pero para alcanzar los niveles nacionales debe continuar potenciando su proyección en los mercados de exportación. No obstante, en los últimos tiempos de observa una pérdida del pulso exportador que hay que revertir. El 95% de las exportaciones de CLM se concentran en 4 sectores: alimentos, semimanufacturas, bienes de equipo y manufacturas de consumo.
En CLM la relevancia del Sector Público es incuestionable, tanto en términos presupuestarios como de ocupación. La región cuenta con el segundo presupuesto, en relación al tamaño de su economía, más alto de toda España. El 16% de los ocupados trabajan en el sector público frente a 13% como media en España. Este mayor peso se manifiesta en un peso del sector público autonómico mayor que en la media nacional, ya que representa en torno al 22% de la PIB regional frente a 17% en España. Por su parte, una insuficiente capacidad fiscal y una inadecuada financiación autonómica via transferencias para servicios públicos fundamentales ha convertido a CLM en una de las CC.AA. con mayor ratio de endeudamiento respecto al PIB regional de toda España con Valencia y Cataluña
Respecto a la inversión pública, hemos sido grandes beneficiarios de los Fondos estructurales y de cohesión desde nuestra incorporación a la UE, lo que ha contribuido a financiar gran parte de la formación de capital público de la Comunidad, aunque los esfuerzos en inversión pública endógena destinada a vertebrar el territorio castellano-manchego ha comenzado de forma muy tardía y con escasa financiación
CLM cuenta con unas 130.000 empresas, lo que equivales al 4% del conjunto nacional. El tejido empresarial se caracteriza por el predominio de empresas sin asalariados y PYMES, siendo muy residual la representatividad de las grandes empresas. La tasa de natalidad empresarial ha sido una debilidad estructural al ser relativamente baja mientras que la tasa de supervivencia, especialmente en las microempresas y autonómos, es baja. CLM se sitúa entre las regiones europeas y españolas menos competitivas, según el Indice de Competitividad regional, debido a su peor posicionamiento en términos de formación, eficiencia e innovación.
Sin embargo, destacamos por la alta productividad y especialización del sector primario, pero debemos impulsar acciones de formación, innovación y creación de empresas tanto en el sector industrial como el de información y comunicaciones, y del comercio. En resumen, la región está especializada frente al conjunto nacional en las ramas de actividad relacionada con el sector agroalimentaria, en el suministro de energía, el calzado y el transporte y las comunicaciones. La competitividad del sector agrario es fundamental en CLM por su peso socioeconómico en la región, pero la modernización del sector conlleva, en muchos casos, el abandono de territorios y la desaparición de los paísajes tradicionales, mermas en la biodiversidad y sobreexplotación de recursos hídricos. El reto de enfrentarse a estas amenazas deberían convertirse en un factor de desarrollo: agricultura ecológica y el fomento de prácticas agrícolas sostenibles, la gestión ambiental y social del agua, afianzar el papel como referentes nacional en energías renovables o el impulso de la economía circular son fortalezas de futuro para la región.
Para proyectar nuestra economía en términos de competitividad, proponemos algunas ideas fuerza:
1) Ha de alentarse el dinamismo empresarial. No cabe duda que la empresa privada es la principal generadora de riqueza y empleo. Por ello, se le debe apoyar para que consigan ser más innovadoras, se abran al exterior y busquen su tamaño eficiente. Será la forma de que sean más competitivas. De esta forma se asegurará el mantenimiento y la creación de nuevos puestos de trabajo. Es fundamental entender qué necesitan y ayudarlas lo máximo posible, con un enfoque de colaboración público-privada, más necesario que nunca y cooperar en la transición desde PYMES a empresas de mayor dimensión.
2) Alinear nuestro sistema fiscal autonómico para que sea competitivo. Se requieren medidas fiscales estructurales, centradas sobre todo en el establecimiento de incentivos que creen y atraigan actividad y riqueza, que generen inversión y creación de empleo y que prioricen también la inversión en I+D+i.
3) La dotación de infraestructuras adecuadas, modernas y efectivas impulsan el desarrollo económico a medio y largo. Generan avances en competitividad, bienestar y cohesión territorial. Castilla- La Mancha debe ordenar, racionalizar y rentabilizar sus proyectos futuros de inversión teniendo en cuenta la necesidades de la región.
4) La educación y la formación deben estar enfocadas a la empleabilidad futura, teniendo en cuenta las necesidades de las empresas y de la sociedad, de forma que se facilite la incorporación de los jóvenes al trabajo. Debe fomentarse el dominio de idiomas, el conocimiento de las nuevas tecnologías digitales y la formación continua en las empresas para asegurar la actualización de los trabajadores en activo. Hay que impulsar la Formación Profesional dual involucrando al máximo a la empresa y a la Universidad, como colaboradores naturales en el diseño de los contenidos educativos.
5) Castilla-La Mancha, en los Presupuestos anuales de la JCCM, debe priorizar el ajuste presupuestario y la reducción de la Deuda Pública. Se necesita contar con cierto colchón fiscal que permita responder ante la posibilidad de una nueva crisis económica y de una subida de tipos de interés ante una inflación persistente. Castilla-La Mancha no puede endeudarse de manera excesiva; y deberíamos ir digiriendo la importante deuda que acumulamos., por que la deuda la pagaremos con la renta futura de los ciudadanos y la capacidad productiva futura de todas las empresas y autónomos. Sin olvidar, la importancia de una revisión del modelo de financiación autonómica que penaliza a nuestra región en términos de financiación por habitante.
6) Por último, hay que realizar una revisión integral del gasto público mejorando la calidad y eficiencia. La JCCM ha de ser un modelo de eficacia, aprovechando al máximo los recursos que emplea para mejorar el servicio que ofrece a los contribuyentes y ser lo más eficiente posible. Hay que seguir recordando que el dinero público es de todos y que más gasto, por sí mismo, no significa mejor servicio. Se debieran introducir herramientas que evalúen la eficiencia individual y de los distintos servicios ofrecidos, así como mejorar la transparencia y la rendición de cuentas.
Las áreas de mejora en un contexto de competitividad podrían contar con varias palancas transversales con las que ya cuenta: la digitalización e Inteligencia Artificial, la I+D+i y la transformación energética y medio ambiente.
Son deberes exigentes pero factibles en un programa perfilado y con una visión a medio plazo.
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