Damnatio memoriae

Por Miguel Ángel Collado Yurrita

Publicado en La Tribuna de Toledo el 12 de diciembre de 2022

Hace unos días, con motivo de un viaje a Bolonia, volví a contemplar una extraordinaria obra: II Compianto sul Cristo morto de Niccolò dell’Arca. En el texto explicativo instalado junto al conjunto está escrito: «¿Y Nicodemo? Esta figura está presente en todos los Lamentos, en éste falta. La tradición dice que la estatua – que tenía el rostro de Juan II Bentivoglio, señor de la ciudad- una vez conquistada Bolonia e incorporada a los Estados Pontificios por el papa Julio II, después de 1506, fue hecha abatir, como tantas otras, para borrar la memoria de los Señores precedentes».
Se suele decir que es a finales del siglo XVII cuando se acuña la expresión damnatio memoriae, en la obra de Schreiter y Gerlach, para referirse a las actuaciones ejecutadas en Roma por el poder imperante con la finalidad de cancelar el recuerdo de gobernantes anteriores aunque ya Papiniano, el jurisconsulto más autorizado según la Ley de Citas de 426, había recogido la expresión memoriam damnatam. En realidad, esta es una práctica mucho más antigua, tanto como la propia humanidad y de la que podemos hallar ejemplos en todas las épocas y civilizaciones. La condena al olvido se ha ejecutado históricamente a través de diversos comportamientos públicos o discretos, totales o selectivos, refinados o toscos, dependiendo de las circunstancias y del ejecutor. Por ello, ha recibido también otros nombres a lo largo de la historia; en su novela 1984 Orwell utiliza un eufemismo, la vaporización, como variante de la damnatio memoriae romana adaptada a las facilidades tecnológicas de mediados del  siglo XX.
Estos procesos dirigidos a suprimir el recuerdo de un antecesor, en ocasiones, se pretendían justificar por razón del comportamiento indigno de la persona cancelada pero en muchas otros casos simplemente han respondido a motivos inconfesables de forma que el responsable del proceso de erradicación de la memoria negaba que hubiera puesto en marcha una estrategia de silencio y olvido, de invisibilidad del afectado. A veces, lo que realmente se persigue más que olvidar el pasado es desacreditarlo. Sin embargo, promover la cancelación puede ser contraproducente en ciertos casos porque con ello también se genera simultáneamente el deterioro de la legitimación de quien pretende anonimizar al anterior, en especial cuando quien pretender borrar la huella de otro ha sido colaborador y beneficiario de las decisiones que había adoptado el damnificado.
El estudio de tantos ejemplos como ha habido y hay de actuaciones que se pueden incluir en la expresión genérica de damnatio memoriae permite diferenciar dos tipos de sujetos que quieren sancionar el recuerdo del antecesor: quienes lo llevan a cabo de forma abierta y quienes lo realizan disimuladamente, vergonzantemente. Esta decisión consciente de borrar todo rastro de aquel a quien por una u otra razón se considera adversario se suele aplicar también, y en ocasiones aún con mayor intensidad, a los más cercanos a aquel al que se quiere anonimizar escondiendo el acto punitivo bajo fórmulas como ‘no procede invitarle’, ‘mejor no nombrarle’ y llegando a la confiscación no de bienes propios de esos colaboradores próximos sino, en consonancia con los tiempos actuales, de proyectos o programas que legítimamente habían obtenido por sus capacidades.
La historia ha puesto de manifiesto la imposibilidad de eliminar un período o etapa de la historia de cualquier sociedad o grupo. Hoy sigue vigente lo que, como recuerda Straehle, escribió Tácito, «La posteridad restituye a cada cual el honor que le es debido… Cosa que ofrece harto gran materia de risa pues es grande la ignorancia de los que con la potencia presente piensan que han de poder borrar la memoria de las cosas en los tiempos venideros».

Recordando a Sagrario Torres en su centenario

Por Pedro A. González Moreno

Publicado en el diario Lanza el 13 de diciembre de 2022

Tenemos una infinita capacidad de olvido, pero esa falta de memoria aún es mayor cuando de los poetas se trata. O dicho más groseramente, cada cual va a lo suyo y nadie se acuerda de nadie. En el capítulo titulado “Poetas de la tierra que se fueron”, del libro Más allá de la llanura (2009), dejé escrito casi premonitoriamente: “Como si no se tratase de una ley natural, sino de una virulenta pandemia lírica, nos han ido dejando los poetas en una larga procesión de muertos que dejaron escrita mucha luz a su paso por la vida. Algunos se marcharon con el halo luminoso y el laurel que ciñe las sienes de los elegidos; pero otros se marcharon  casi de puntillas…”

No fue este último el caso de Sagrario Torres, “aquella Sagrario Torres que siempre tenía un verso dormido entre los labios –dije de ella en ese mismo libro-,  y siempre iba dejando un intenso y ambiguo perfume como de novia y madre”. La poeta manchega, nacida en Valdepeñas (1922-2006), mantuvo siempre un fuerte vínculo y un apasionado interés por su tierra, y en su libro Poemas de la Diana (1993), contra el proyecto de instalación de un campo de tiro en Anchuras, lo puso de manifiesto.

Ahora, cuando está a punto de finalizar este año, comprobamos que nuestra capacidad de olvido continúa siendo imperdonable, porque este era el año en el que se cumplía el centenario del nacimiento de Sagrario Torres, un centenario que, incomprensiblemente, ha pasado desapercibido no sólo en Castilla La Mancha, sino incluso en el pueblo natal de la autora. Sin embargo, es justo decir que Valdepeñas nunca ha echado en olvido a su poeta, pues acogió su amplio legado en el Archivo Histórico Municipal, la nombró hija predilecta en 1985 y ese mismo año le dio su nombre a un parque.

“La voz solitaria de Sagrario Torres”

En el artículo “Mapa Literario de la provincia de Ciudad Real” (publicado en el número 6 de la revista  El invisible anillo), le dediqué un amplio apartado que  titulé “La voz solitaria de Sagrario Torres”, y del que extraigo ahora, a modo de recuerdo y homenaje, unos cuantos párrafos: “Desde Juan Alcaide, la poesía de Ciudad Real parece estar marcada por esa extraña condición de los poetas solitarios. Excepción hecha de unos cuantos nombres (Ángel Crespo, Eladio Cabañero, Félix Grande, Antonio Fernández Molina o José Corredor-Matheos) que de un modo u otro han encontrado aclimatación en el volátil mapa de las generaciones oficiales, la gran mayoría de los poetas de la provincia se encuentran, por su edad, por las características de su obra o por otras circunstancias, en una situación difícil de encasillar.

Caso significativo y singular entre ellos es el caso de Sagrario Torres, que publica muy tardíamente su primer libro, Catorce bocas me alimentan (1968), cuando ha cumplido ya los 45 años. Tal vez por ello su voz, peculiar y solitaria, ha permanecido siempre al margen de los encasillamientos generacionales.

Una voz sobria y transparente

Un tanto a contracorriente, pero dueña de un espacio poético propio, la de Sagrario Torres es una voz sobria y transparente, que nos habla de lo humilde y de lo cotidiano, ya sea a través de la evocación autobiográfica (Los ojos nunca crecen), o ya a través de la preocupación solidaria y crítica ante las injusticias sociales (Hormigón translúcido).

Cincelada con el molde métrico del soneto (Catorce bocas me alimentan), o con el verso libre, la suya es una voz limpia y compasiva, lo mismo cuando se enfrenta a temas trascendentes como la muerte y el paso del tiempo (Esta espina dorsal estremecida) o cuando confiesa su más inquebrantable vocación religiosa (Carta a Dios). Una estética de la sencillez y de la sobriedad que es, más que una cuestión de estilo, una manera de ver el mundo, una forma de ser y de creer en lo más altos y nobles ideales: esos ideales que cristalizarían en su libro Íntima a Quijote.”

La última antología de su obra, Estremecido verso, realizada por José María Balcells, fue publicada por la BAM en el 2006, poco después de su fallecimiento. Desde entonces ha ido cayendo poco a poco el silencio sobre ella y, durante este año de su centenario, se ha perdido una buena ocasión para llevar a cabo algún que otro proyecto pendiente todavía: por ejemplo, el de la edición de su obra poética completa.

Como escribí, en el libro arriba citado, a propósito de los poetas que ya se marcharon, “no deberíamos dejar que se enfríe la memoria de nuestros poetas, porque esa memoria, la de su escritura, contiene siempre algo de nosotros mismos y su voz es un patrimonio que nos pertenece y al que también pertenecemos.

Ni placas, ni medallas…»

No son placas, medallas ni estatuas lo que la memoria de nuestros poetas necesita… Tengamos al menos con ellos la misericordia de amarlos en sus libros, de hacerles ese íntimo y último homenaje de leerlos”.

Corrector ortográfico

Por Juan Ignacio de Mesa

Publicado en La Tribuna de Toledo el 28 de noviembre de 2022

Escribir con un procesador de textos tiene enormes ventajas. Te señala los posibles errores cometidos al escribir, dado que casi todos los procesadores tienen un corrector ortográfico. Yo escribo con el Word de Microsoft. Tildes, comas, resalte de frases, palabras…. Según vas utilizando el procesador, más cómodo te encuentras y eso tiene el peligro de que te relajes y dejes todo en manos del corrector. Y así nos va.
En la última semana he metido la pata en tres escritos, que yo me haya dado cuenta. La confianza, puede ser la perdición que te haga caer, una y otra vez en el error. Y no digamos si se te ocurre recurrir al dictado para que sea Word quien escriba por ti. Hagan ustedes la prueba, digan al micrófono de su ordenador ‘ahí hay un hombre que dice ay’. Si no han actualizado el software del programa, este puede hacerles cualquier jugarreta que les haga quedar como analfabetos funcionales. Pero lo peor es lo que nos pasa cuando queremos tratar de un asunto de los que no encajan en lo políticamente correcto. Si te separas de la versión ‘oficial’ puedes ser condenado a galeras.
Los de mi generación vivimos una juventud sometida a la censura previa. A tal extremo, que, para poder comprar la revista Triunfo, o Cuadernos para el Diálogo, un grupo de toledanos constituimos una sociedad ‘Fomento Cultural, S.A.’ (FOCUSA) para poder abrir una librería que distribuyera en Toledo dichas revistas, así como libros que no venían por los canales normales de distribución. Hoy, ya no hay censura previa, hay libertad de expresión absoluta, pero es únicamente a efectos formales.
En paralelo con el ‘corrector ortográfico’ de los procesadores de texto, se está imponiendo una autocensura mucho más peligrosa que la antigua ‘censura previa’. Me asusta ver como se impone lo ‘políticamente correcto’. Ahora se condena al ostracismo al que disiente de la línea oficial.
La Ciencia y las Artes han avanzado por la fuerza de aquellos que han abierto líneas nuevas de investigación. Deberíamos recordar los casos de Servet o de Galileo. A Servet le quemó Calvino, Galileo salió mejor librado retractándose de su teoría mientras murmuraba su «y sin embargo se mueve». Hoy hay muchos calvinos y savonarolas que detentan asientos de poder. Me temo que los nuevos correctores ortográficos eliminarán lo ‘políticamente incorrecto’.

PRODUCCIÓN DE MONEDA FALSA EN EL CASTILLO DE ALARCOS EN EL SIGLO XIV

Por Manuel Mozo Monroy y Antonio de Juan García

Publicado en AL-KITĀB, Juan Zozaya Stabel-Hansen, Páginas 233-240

«Algunos omnes de fuera de nuestro sennorio fazen,
auian traydo et traen de cada dia mucha moneda
falsa de coronados et de nouenes a la nuestra tierra
et al nuestro sennorio et que enplean et derraman
conprando con ellas las mercadorias et las cosas
de la nuestra tierra”
Ordenamiento de Alcalá de Alfonso XI (1348)

 

RESUMEN: En este trabajo se va a presentar el hallazgo de una evidencia sobre la producción de moneda en el castillo de Alarcos. Durante las actuaciones de la campaña 2006 en el yacimiento de Alarcos, dentro del recinto de su castillo, aparecieron distintas monedas de un periodo cronológico muy determinado (siglo XIV) junto a diversos materiales, que tras su atento examen sugieren la posibilidad de una labra monetaria en el mismo castillo.
Palabras Clave: Alarcos. Alfonso XI. Moneda medieval. Numismática. Proceso de fabricación de moneda.

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EL EXILIO DE ALBERTO SÁNCHEZ

Por Jesús Fuentes Lázaro

Publicado en https://hombredepalo.com/ el 5 de diciembre de 2022

No ha tenido suerte hasta ahora el escultor más importante de Toledo, Alberto Sánchez. Su vida fue marcada por los exilios. Tres físicos, que sepamos, y varios otros mentales, que ignoramos. El primer exilio, interior, se produjo en su juventud. El segundo, exterior, cuando se vio obligado a abandonar España para vivir en un país tan diferente al suyo como Rusia. El tercero, ya él no lo vivió. En un día sin fecha, de un mes cualquiera, de un año indiferente la parte de su obra cedida a la ciudad se almacenaba en la que fuera biblioteca antigua en compañía del polvo y los fantasmas. Amontonadas y abandonadas estuvieron durante años hasta que el empecinamiento de Juan Sánchez consiguió un trato menos duro para las obras allí soltadas. El Museo de Arte Contemporáneo de Toledo se cerraba sin explicación ni motivos aparentes. Sus esculturas y dibujos, tan innovadores, eran condenados a purgar su modernidad en un lugar improvisado junto con las obras que otros creadores de la España cercana habían proporcionado para el mencionado museo como acompañamiento a la trayectoria artística de Alberto Sánchez.

El primer exilio fue el resultado del hambre y la miseria de una época, en una ciudad de provincias, en los años iniciales del siglo XX. Sus padres emigraban a Madrid en busca de un trabajo más digno. Ya entonces se empezaba a vaciar la España que ahora algunos hablan de rellenar de forma simplista. Alberto resistió en Toledo, su territorio espiritual e inspirador, hasta que se convenció de que en la ciudad en la que había nacido y crecido carecía de presente y de futuro. Una suerte, porque así pudo aprender a leer y escribir, gracias a los esfuerzos de un mancebo de farmacia. Accedía tarde a las letras y tal vez eso lastró la teorización verbal de su obra. Construía o pintaba en función de los impulsos de la materia con quien mantenía una relación de simbiosis orgánica. En este exilio Alberto Sánchez descubriría el potencial creativo que traía de origen Alberto Sánchez.

El segundo exilio resultó catastrófico. Una guerra civil, cuando empezaba a organizar su vida familiar, profesional, y creativa lo empujó hasta Rusia. Si cualquier exilio es un desgarro, este supuso para Alberto su gran desgarro. La división irreconciliable entre su ideología y su trayectoria artística. El abandono de las raíces, la cultura y el idioma, para comenzar de nuevo en un lugar desconocido y, en ocasiones, hostil, no acabó con su optimismo vital, pero lo hizo más retraído. Siempre agradeció intensamente a este país su acogida, a pesar de momentos de incertidumbres y desencantos, pero con la misma intensidad se aferró, para sobrevivir, a la nostalgia de los territorios de Toledo, Vallecas o la Sagra. Buscó en Rusia los paisajes que más se asemejaban a las llanuras de tierras rojas y soles inmisericordes de su vida. Su gran añoranza fue Toledo, donde quería volver para retomar los sueños, forjados en su infancia de hambre y primera juventud, mientras repartía pan por barrios semiderruidos y cigarrales remotos. No fue posible. La muerte lo atrapó antes. Su familia se mostró generosa con la ciudad de sus ensueños, donando una importante obra, a pesar de los requiebros financieros de Madrid.

El último exilio, el de su obra en Toledo, resultó el más mezquino por el desprecio y la ignorancia de su significado en la pintura española. Al cerrar el Museo de Arte Contemporáneo, instalado en la llamada Casa de las Cadenas, esculturas y dibujos fueron enterrados en el edificio abandonado de la primera biblioteca, situada en el paseo del Miradero. Si los sueños perviven seguro que muchos de los originados con las lecturas de libros en individuos anónimos debieron dialogar con las obras abandonadas de Alberto Sánchez y aliviar la espera de tiempos mejores.

Ahora parece que los exilios de Alberto Sánchez se acercan a un final cercano. La Consejería de Educación y Cultura, a través de la Fundación CORPO, de Castilla-la Mancha, prepara un nuevo espacio en el edificio de Santa Fe donde poder contemplar las obras singulares de Alberto Sánchez. ¡Tuvo mala suerte el escultor toledano Alberto Sánchez!

Cuando el Tajo importaba

Por Juan Ignacio de Mesa

Publicado en La Tribuna de Toledo el 5 de diciembre de 2022

El pasado martes se presentó, en la sede de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Histórica de Toledo (Rabacht), el libro de Jesús Carrobles ‘Cuando el Tajo importaba’, un canto a los toledanos y lisboetas que idealizaron las aguas del río que les había hecho nacer. Aguas cristalinas que aportaban paisaje, comida y recreo a lo largo de su cauce. Jesús Carrobles hace un gran trabajo de investigación que le permite aportar textos que cantan lo que el Tajo (o Tejo para los portugueses) significaba. Mi consejo es que se hagan con el libro y lean los textos que en el mismo se reproducen. Este libro sirve para denunciar la dejadez y abandono que los descendientes de aquellos que lo ensalzaron han permitido que se haga habitual desde hace décadas.
Podemos seguir discutiendo sobre quién y por qué permite que las aguas del río sean una cloaca a cielo abierto, o por qué prevalece el Trasvase de aguas de cabecera a otras cuencas. Lo cierto es que el río Tajo está muerto, que son más las aguas residuales que a través del Jarama llegan a su cauce, que las que vienen de su cabecera.
Al Tajo se le expolia para regar el sudeste de la Península, para regenerar las Lagunas de Ruidera, para abastecer zonas de la provincia de Cuenca a través de la tubería manchega, etc. Las denuncias que se formularon por vía judicial han permitido que el Tribunal Supremo dicte sentencias que obligan a incrementar los caudales mínimos que el Tajo debe tener. Caudales que no serán una solución definitiva para ‘resucitar’ el río y que, además llegarán dentro de varios años.
Mientras tanto, nadie se atreve a tomar medidas. El peso de los votos de las zonas beneficiadas por el Trasvase es mayor que el de las zonas perjudicadas. La batalla entre las regiones que reciben agua y la que la aporta, es una realidad.
Debatir el problema del como y cuanto se riega, parece un imposible. Hace años, viendo los riegos de la zona Israelí del Mar Muerto, un buen amigo me decía que la gran batalla se dará por el agua. Creo que nos vamos acercando a ese punto. Mientras tanto yo solo pido que seamos conscientes del problema y que el Tajo nos vuelva a importar a todos.

La Academia de Ciencias Sociales y Humanidades recibe en la UCLM al presidente del Real Instituto Elcano

Gabinete Comunicación UCLM. Ciudad Real, 30 de noviembre de 2022

La Academia de Ciencias Sociales y Humanidades de Castilla-La Mancha ha celebrado su primer pleno en el Campus de Ciudad Real de la Universidad regional con la participación del máximo responsable del Real Instituto Elcano, Juan José Ruiz, y bajo la presidencia del profesor de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) Luis Arroyo Zapatero.

El Campus de Ciudad Real de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) ha acogido el primer pleno de la Academia de Ciencias Sociales y Humanidades, la organización constituida el pasado mes de junio con el propósito de promover la opinión académica sobre asuntos de interés público y colaborar en la divulgación cultural y de la investigación. Integrada por un centenar de personas y presidida por el profesor Luis Arroyo Zapatero, la academia se ocupa de cuestiones vinculadas con las letras, la cultura y el arte, así como la legislación y jurisprudencia, la economía, la sociología o las ciencias políticas.

En su primer pleno, celebrado en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, la Academia de Ciencias Sociales y Humanidades ha recibido al presidente del Real Instituto Elcano y miembro de este organismo, José Juan Ruiz, a quien ha presentado el expresidente de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha entre 2004 y 2011 y exprofesor de la Universidad regional, José María Barreda.  Ruiz, quien también fuera presidente del Consejo Social de la UCLM, ha ofrecido una conferencia titulada “Situación geopolítica mundial” que ha estructurado en cinco ejes: Uno inicial, en el que ha cuestionado el pesimismo de la sociedad actual, para pasar a continuación a analizar el sentimiento que en su opinión define esta época: la incertidumbre. Después, y al hilo de la invasión de Rusia a Ucrania, el presidente del Real Instituto Elcano ha hecho referencia al nuevo orden mundial en el que se plantea un enfrentamiento entre autocracias y democracias; incidiendo también en el hipotético fin de la globalización. Para finalizar, ha puesto interrogantes a los presagios apocalípticos a propósito del crecimiento demográfico: “Las tasas de fertilidad en el mundo se están desplomando -ha afirmado-; de hecho, la tasa de fertilidad en España se encuentra solo tres décimas por debajo de la del Vaticano, y eso no pasa solo en los países ricos, está sucediendo en todos los países salvo en Nigeria”, ha concluido.

Tras la intervención de Ruiz, se ha celebrado la primera sesión ordinaria de todas las secciones de la academia, en la que se han abordado nuevos proyectos como cursos, conferencias y publicaciones que incidan en sus principios fundacionales de promover y desarrollar el estudio y la investigación en los diferentes campos científicos y artísticos de su ámbito y, difundir estos conocimientos a la sociedad con independencia y objetividad, dentro y fuera de Castilla-La Mancha, en relación con los intereses de la sociedad y de la administración pública. Así, entre los programas de formación propuestos, se encuentran cursos de historia contemporánea de Castilla la Mancha, historia e instituciones de la Unión Europea, o alguno relacionado con los problemas actuales de la paz y de la guerra.

Antiguos dioses griegos dan nombre a las modernas naves espaciales

Por Antonio Marco.

Publicado el 21 de noviembre de 2022 en El Decano de Guadalajara

En la madrugada del pasado 16 de noviembre la NASA ponía en marcha la misión Artemis I enviando a circunvalar la Luna a la cápsula Orion propulsada por el cohete más poderoso hasta ahora construido. Artemis (así en inglés con acento tónico en la Á, en español debería ser Artemisa, nunca Artémis con acento tónico en la “e”) era en la Antigüedad una importante diosa griega, hermana del dios Apolo, identificada por los romanos con su Diana cazadora. Es una virgen, diosa de los espacios naturales, de los bosques y de los animales. Se identifica también con la Luna. No puedo extenderme más en su complicado e interesante perfil mitológico.

Ártemis es hoy el último nombre mitológico griego de una muy larga serie con el que la NASA denomina a su ambiciosa misión de llevar de nuevo al hombre y por primera vez a la mujer a la Luna como paso previo a su llegada a Marte. Si la misión trata de llevar la primera mujer a la Luna, me parece muy oportuno que la misión se llame así; la anterior misión Apolo, nombre del dios hermano, llevó a la Luna al primer hombre, el que dio un “pequeño paso para el hombre pero un salto gigantesco para la humanidad”. Ártemis o Diana es también la Luna y por eso se la representa casi siempre asociada a una media luna, generalmente sobre su cabeza.

Ciertamente el mundo antiguo grecolatino en general y su mitología en particular sigue teniendo un enorme atractivo e interés para los habitantes del mundo actual. Es realmente llamativo y gratificante para los amantes del mundo clásico que también la NASA comenzara a dar nombres mitológicos griegos y romanos a sus misiones y satélites. Es cierto que hay toda una fuerte tradición y peso de la mitología grecolatina a la hora de relacionarnos con el espacio y los cielos desde los orígenes: los planetas (astros que se mueven significa la palabra) tienen nombres de dioses, Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano, Plutón; las constelaciones o agrupaciones de estrellas como método para organizar el impresionante caos del cielo nocturno recurre a los mitos clásicos, Andrómeda, Cefeo, Centauro, Hércules, Hidra… Los mitos se asentaron y fijaron, pues, en el cielo.

A comienzos de 1960, cuando se inicia la carrera espacial y la competición entre la URSS y EEUU por conquistar el cielo, se elige el nombre Mercurio (Mercury) para el primer programa espacial tripulado estadounidense; Mercurio es el dios con alas en los pies, mensajero de los dioses, que recorría raudo, veloz y elegante el espacio sideral; la cápsula Mercury era propulsada y puesta en órbita por el cohete llamado Atlas-DAtlas es un titán o dios primitivo que sujetaba los cielos sobre sus hombros como castigo por haber luchado con los dioses olímpicos. Titán es también el nombre de uno de los poderosos cohetes lanzadores americanos.

También a comienzos de 1960 el ingeniero alemán Wernher von Braun, diseñador del famoso y destructivo cohete alemán V-2, nacionalizado estadounidense e integrado en la NASA, eligió para sus cohetes americanos el nombre de Saturno, que precisamente llevó al ser humano a la Luna a bordo de la cápsula Apolo. Saturno era un dios romano de la agricultura que se identificó con el titán griego Cronos o el tiempo. Devoraba a sus hijos hasta ser destronado por su hijo Júpiter.

En ese ambiente mitológico del momento, parece que Abraham Silverstein, Director de la oficina de programas de vuelos espaciales de la NASA, recordaba un libro de mitología leído en la escuela en el que un dios radiante y luminoso, Apolo, el Sol, recorría el cielo en un carro tirado por caballos alados, disparando desde lejos certeros dados. Comentó en una comida de amigos que Apolo podría ser un nombre adecuado para el programa que llevaría el hombre a la Luna, precisamente impulsado por un potente cohete Saturno; les pareció bien a los comensales y así quedó para la posteridad.

He comentado más arriba la oportunidad del nombre de Ártemis para la misión de poner la primera mujer en el hemisferio sur de la luna, lugar no pisado antes por la raza humana. Será también la primera mujer que dará un nuevo paso importante en su lucha y carrera por la igualdad con los hombres y ocasión también para el primer ser humano de color en llegar a nuestro satélite; lo harán en la cápsula Orion (Orión en español). Orión es un gigante de la mitología griega, cazador, muerto por un flechazo de Artemisa en unas versiones y por un escorpión en otras; Escorpión es una de las constelaciones del Zodiaco que peligrosamente se le aproxima a Orión.

Así que poniendo un poco de orden en esta mitología práctica, al menos, no pretendo ser exhaustivo, se ha dado nombre mitológico griego a misiones tales como Mercurio (Mercury) Apolo (Apollo) y  Ártemis (Artemis). Las cápsulas tripuladas o no han recibido nombres tales como Mercurio, Apolo, Orión o Gemini (recordemos de nuevo el Zodiaco). Nombre griego mitológico tienen también los cohetes propulsores Atlas, Titán, Saturno. La ESA, Agencia Espacial Europea ha nombrado Ariane a sus cohetes y Hermes, el nombre latino de Mercurio, al transbordador. También las sondas espaciales han recibido nombres tales como Ulysses (nombre latino de Odiseo), sonda conjunta hacia el sol de la NASA y la ESA; Juno fue la sonda enviada a estudiar Júpiter, el planeta que lleva el nombre de su marido; Alemania llamó Helios, es decir, Sol, a su sonda espacial; Gaia (la Tierra) es una sonda europea; Fobos (el Miedo) fue una sonda soviética enviada al planeta rojo Marte. Marte es el dios de la guerra, rojo de ira, por supuesto y padre lógicamente de Fobos. Es de suponer que los científicos y técnicos espaciales de la NASA o la ESA e incluso los rusos manejan y disponen en su bibliografía básica y manuales de consulta de un diccionario de mitología grecolatina.

Entre las razones que sin duda han influido en esta buena costumbre de nombrar las misiones e instrumentos de la conquista del espacio con nombres mitológicos griegos están sin duda el enorme atractivo general y prestigio del mundo antiguo, de manera especial su mitología general y su mitología del cielo más especialmente, la sonoridad y capacidad de estos nombres de generar curiosidad e ilusión en los humanos actuales, el conocimiento que el público general tiene de estos seres mitológicos. ¿A quién no le suena en alguna medida los hombres de Apolo o Saturno o incluso Artemisa si recordamos que ese es el nombre griego de Diana?

Ahora bien, ¿se seguirá esta costumbre en el futuro? Siempre pende la duda y el temor de que no sea así. El nuevo cohete diseñado por la NASA para las nuevas misiones tripuladas, el mayor de los hasta ahora construido, se llama SLS, siglas de “Space Launch System” (Sistema de lanzamiento espacial), nombre menos sugerente, por supuesto que Titán o Saturno. Ojalá no sea una premonición o aviso del mal futuro. Aunque siempre hay motivos para la esperanza. Hace algunas semanas presentaba en esta misma sección a mi amigo, el astrofísico José Cernicharo, que acababa de recibir el Premio Nacional de Investigación en Física Blas Cabrera. El importante proyecto de investigación sobre el hallazgo de moléculas en el espacio interestelar que él lidera y desarrolla en el observatorio de Yebes (Guadalajara) se llama precisamente QUIJOTE. No es un héroe de la mitología griega pero sí es un héroe patrio, castellanomanchego y universal, como el propio Cernicharo.  No importa que este QUIJOTE sea el acrónimo de Q-band Ultrasensitive Inspection Journey Of the Tmc1 Environment. El acrónimo evidencia no solo la capacidad científica de José Cernicharo sino también el amor y apego a su tierra, Castilla-La Mancha, pues nació en Albacete y reside en Guadalajara, aunque se mueve por el mundo entero.

Evergetes y Mecenas

Por Antonio Marco.

Publicado en El Decano de Guadalajara el 1 de noviembre de 2022.

Evergetes es una palabra griega, un nombre parlante, que significa “benefactor”. Muchos monarcas y gobernadores del mundo helenístico oriental  y del Imperio Romano antiguo asumieron este título como  apellido complementario, así por ejemplo Ptolomeo III, Ptolomeo VIII, Antíoco VII,… Ptolomeo III, por ejemplo, protegió enormemente la famosa Biblioteca de Alejandría y construyo el enorme complejo religioso del Serapeum o templo de Serapis.

Mecenas es el apellido y nombre propio de un noble y rico romano que protegió a los grandes poetas y artistas de su época, la de Augusto, como Virgilio, Horacio… Se ha convertido en el nombre común para designar a todas las personas protectoras de las artes y proyectos ajenos.

Los gobernantes antiguos sabían que obligación suya era proporcionar bienestar a sus ciudadanos, casi siempre desgraciadamente súbditos, y también sabían algunos ciudadanos ricos e importantes romanos que su obligación era devolver parte de sus enormes riquezas a la sociedad y comunidad en las que se habían generado: construyen de su peculio teatros, templos,  termas o acueductos, arreglan carreteras, protegen y ayudan a los artistas, ofrecen juegos, espectáculos grandiosos y diversión gratuita, etc. Sobre los gobernantes y regidores provinciales y locales de las innumerables ciudades y municipios del Imperio Romano, caen también las cargas de favorecer con su peculio personal a su ciudad como si fuera una pequeña Roma y cuidar del bienestar de sus ciudadanos.

No puedo detenerme ahora con más detalle ni en el sistema impositivo fiscal en el mundo antiguo, ni sobre la injusticia de origen de una sociedad esclavista e imperialista, ni sobre la realidad de algunos gobernadores y prohombres benefactores para sus congéneres pero de otros muchos letales y de gran crueldad, ni sobre la corrupción enorme existente en las sociedades antiguas, ni sobre la pertinencia de utilizar la historia y el conocimiento del mundo antiguo, siempre deficiente, para explicar aspectos y detalles del mundo actual, aunque sean temas de enorme interés. Sólo diré que para muchos gobernantes y prohombres afortunados de la Antigüedad el prestigio y respetabilidad social, la consideración de benefactor de su ciudad y entorno social, fueron un principio político y moral de actuación muy importante, por interesada que fuera en muchas ocasiones en las que precisamente lo que buscan es el afecto del voto popular para la obtención de algún cargo  electo.

Algo de este espíritu benefactor y altruista queda en las sociedades modernas, curiosamente más en la sociedad norteamericana que en la europea, muy poco lamentablemente en la sociedad española en la que la máxima colaboración, interesada por supuesto, suele darse preferentemente con el equipo local de fútbol. Hay algunas excepciones de sociedades y corporaciones e incluso de personas particulares, que casi siempre buscan la exención y compensación fiscal; no por ello han de ser criticadas, sino todo lo contrario, cuando la enorme mayoría tienen poca conciencia de pertenencia a una sociedad que les ha proporcionado sus enormes riquezas y ni se plantean revertir la más mínima parte al conjunto social.

En nuestro entorno socioeconómico actual de salvaje neocapitalismo liberal, inmerso en importantes crisis y contradicciones del propio sistema capitalista, no solo no se generan nuevos “evergetes” y “mecenas” sino que se está propiciando el aumento vergonzoso de nuevos y grandes ricos, precisamente al amparo de la crisis y dificultades de la generalidad de los ciudadanos, que cada día viven un poco peor. Día a día crece la desigualdad entre las personas y los países, aparecen fortunas  y corporaciones, casi todas en la sombra, de tal fabulosa  magnitud que a veces se atreven a echar un pulso a países y gobiernos enteros y contra las que poco pueden hacer a veces esos gobiernos por propia incapacidad física, por cobardía y cálculo político-electoral o incluso por corrupta connivencia. Incluso la propia Unión Europea, con toda su magnitud y poder, la región más equitativa del planeta, se muestra incapaz de resolver situaciones muy perjudiciales para la mayoría de sus ciudadanos, como el actual aumento imparable de los precios, especialmente de la energía, tomando medidas de exigencia y armonización fiscal de los Estados miembros.

Desde luego es una ingenuidad hacer una llamada al evergetismo, al mecenazgo, a la solidaridad del enormemente rico y poderoso para con sus conciudadanos. Ojalá aumente su número, pero lo adecuado y justo es organizar la sociedad entre las coordenadas legales de solidaridad, igualdad y aportación al bien común según la riqueza obtenida precisamente en esa sociedad. Y desde luego es falsa la idea de que la riqueza la acumulan unos pocos por su denodado esfuerzo o por su especial inteligencia; con mucha frecuencia, casi siempre, los detentadores de grandes fortunas son herederos de unos autores anteriores, padres, abuelos, etc. y con relativa frecuencia también esos herederos de grandes fortunas las dilapidan con rapidez. En todo caso es el conjunto, la realidad social colectiva el marco en el que se genera la riqueza.

Por eso resulta incomprensible y rechazable la insistencia erre que erre de algunos partidos europeos conservadores en la rebaja general de impuestos, insistencia especialmente programática de la derecha española, bajo el señuelo de la libertad individual e intentando reducir la importancia del Estado a la mínima expresión, cuando son precisamente los gobiernos preocupados por el bienestar común, por el bien común, los socialdemócratas, los que avanzan en la consecución del bienestar y paz social. Más incomprensibles aún resultan algunas propuestas regionales o locales, también en nuestro país, de ir más allá y rebajar la carga impositiva o de ayudar insolidariamente precisamente a quienes más riqueza y más oportunidades  tienen en detrimento de los más necesitados.

Así que no caeré en el error, repito, de rogar a los más ricos, algunos fabulosamente ricos, que sean benefactores, evergetes y mecenas. Si aparecen, bienvenidos sean; sí exijo, en cambio, a mis gobernantes que aprueben democráticamente medidas legales de justicia social tan simples como que el que más riqueza tenga aporte más a la sociedad de la que obtiene esa riqueza, que se impongan impuestos especiales a las grandes fortunas, a la banca ya internacionalizada y mundial, a las empresas energéticas que aumentan impúdicamente sus beneficios aprovechándose de una crisis que acogota a la mayoría de ciudadanos. En la soledad del desierto consumista, físico o virtual, no se generarían, evidentemente, ni se podrían acumular en unas pocas manos esas fabulosa riquezas.

El clima del futuro ya es presente

Publicado en el Diario ABC el jueves 13 de octubre de 2022
Por José Manuel Moreno Rodríguez

«¿A qué esperamos para revisar todas, digo todas, nuestras actividades, horarios y formas de vivir para ver si son compatibles con no poder estar al aire libre durante el día, o en edificios sin capacidad de controlar la temperatura dentro de límites tolerables para la salud? Nuestras formas de vida se han establecido con el clima del pasado, por lo que no queda más remedio que cambiarlas en sintonía con el nuevo clima»

Este 2022 pasará a los anales de la climatología como un año excepcional. Durante buena parte del verano, día tras día, sin apenas tregua, las temperaturas sobrepasaron todo lo conocido en numerosas partes de España. Si malo era estar al aire libre durante el día, la noche no era mejor, pues la temperatura no bajaba lo suficiente para permitir conciliar el sueño sin la ayuda de aparatos eléctricos. Al usarlos, producíamos nuevas emisiones de CO2, alimentando así al calentamiento global. Las temperaturas extremas matan, pues no podemos evadirnos de ellas, y condicionan la vida de todos los organismos, incluidos nosotros. Si les añadimos sequía, el coctel de fuego está servido. «Leer artículo completo»