La “Casa Metternich”, más conocida como “Casa del Príncipe” se sitúa en un espacio singular de la Dehesa de Zacatena, ubicada en Daimiel
Por Diego Peris
Publicado en el diario Lanza el 18 de diciembre de 2022
La arquitectura contemporánea tiene, en muchas ocasiones, escasa protección legal. Sus edificios son alterados por sus propietarios sin valorar aquello que tienen, cuando no son eliminados. Y una de las causas importantes es la falta de valoración social que reciben con un escaso conocimiento de lo que significan, lo que han aportado y sus valores para la sociedad. Por eso la Fundación Docomomo Ibérico trata de destacar aquellos edificios del movimiento moderno que por diferentes razones merecen una atención especial. Hasta el momento 2.422 edificios están incluidos en los registros sobre la arquitectura de España y Portugal. Y recientemente publicaba un nuevo reportaje fotográfico de una casa, una vivienda localizada en el término municipal de Daimiel: la Casa del Príncipe incluida en el registro del Docomomo.
La Casa Metternich
La “Casa Metternich”, más conocida como “Casa del Príncipe” se denomina así por el nombre de su propietario, Pablo Alfonso de Metternich y Silva, X Conde de Castillejo, VI Príncipe de Metternich-Winneburg (Viena,1917-Schweiz, 1992), perteneciente a una familia diplomática y aristocrática de origen alemán, pero con ascendencia española. En los años 70, el Príncipe de Metternich quiso construir esta singular residencia para la familia Metternich – Silva y sus amistades. Un proyecto de casa para vacaciones.
El proyecto que promueve el Príncipe de Metternich se inspiraba en las casas mediterráneas, aunque influido por las nuevas corrientes arquitectónicas más vanguardistas de la época. Una vivienda próxima al estilo internacional que suponía una renovación total en tierras manchegas. La dirección de obra fue realizada por el estudio de arquitectura Harnden & Bombelli, con sede en Barcelona y se sitúa en un espacio singular de la Dehesa de Zacatena, ubicada en Daimiel. El edificio tiene una estética de líneas puras con clara influencia en su construcción de las casas veraniega de las costas de Cadaqués y con sus formas rectas e imponente tamaño se inserta en el paisaje próximo. La sencillez de su propuesta y la austeridad de sus formas constituyen uno de los valores esenciales del proyecto.
El acondicionamiento interior
El inglés Peter Harnden y el italiano Lanfranco Bombelli diseñaron en los años 70 el interior de esta vivienda con un acabado sencillo, siguiendo las corrientes de un diseño minimalista, con techos altos y geométricos en un interior en el que la luz llegaba desde grandes ventanales que comunican visualmente con su exterior en las zonas de ocio y baño y un diseño sobrio en su decoración, con tonos cálidos, creando contrastes en sus texturas y materiales.
Los colores predominantes en todo el proyecto son blancos, terracota y crudos en contraste con diferentes elementos decorativos en negro y algunos elementos puntuales en azul real. Hay elementos realizados por artesanos locales, con fibras vegetales, como sillas de enea y serijos manchegos tradicionales, seña de identidad de un interiorismo, carente de artificios.
Cada una de las dependencias está equipada con todos los elementos que necesitan para su funcionamiento correcto y estricto que se ha respetado en la rehabilitación actual para mantener la esencia del proyecto original. Un proyecto rehabilitado ahora para alojamiento turístico que ofrece las condiciones de calidad necesarias, dentro de la sobriedad y la calidad del proyecto original con los requerimientos tecnológicos necesarios hoy en día.
Distribución
La planta principal pentagonal se encuentra dividida en varios volúmenes que se orientan en torno a la piscina, con una gran terraza con vistas de la dehesa y orillas del río Guadiana en el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel.
La zona noble central consta de un gran salón social con un amplia chimenea de acero de color negro. Frente a ella un panel que divide el espacio abierto del comedor para los invitados, uniendo diferentes ámbitos con un amplio ventanal corrido que permite una comunicación visual con el exterior. Unido a esta zona social y cerrando el espacio exterior de la terraza y piscina se encuentran dos alas de dormitorios. En su parte norte se encuentran dos con baño en suite, destinados para los propietarios en el momento de su construcción.
En la parte opuesta de esta terraza se localiza otra zona con tres dormitorios dobles para los invitados y huéspedes de la casa, todos ellos con vistas, a través de grandes ventanales, a la terraza y piscina exterior. Esta forma de abrirse la casa al exterior contrasta con las pequeñas ventanas cuadradas de la parte posterior. En la otra zona del edificio están las dependencias de cocina y office que conectan con un apartamento capacidad para cuatro personas, baño separado, y que se utilizaba antiguamente para el servicio de cocina y mantenimiento de la casa. Esta zona puede utilizarse actualmente por los clientes de la casa rural. Un espacio que, en su decoración y ambientación interior respeta los criterios del conjunto de la vivienda.
Entorno y paisajismo
El proyecto original quería integrar la vivienda en la dehesa con encinas centenarias. Situando la vivienda en el punto más elevado de la zona se aprovechan las mejores vistas y panorámicas. La construcción y su entorno próximo quieren ser la transición entre la vivienda y el paisaje de pastizales y dehesa que la rodeaba. Un entorno valorado en las dehesas de las zonas próximas que, en el espacio próximo a la vivienda quedó reducido a unas jardineras en la zona de acceso y entrada.
Se realizó una pequeña intervención de jardinería en el perímetro de la finca, con un tratamiento visual del paisaje. Se estudiaron las zonas desde las que, la visual del conjunto, en las ventanas de dormitorios demandaba este acondicionamiento. Se realizaron unos pequeños bancales con especies resistentes y de poco mantenimiento como adelfas, yucas y ágaves americanas de las que quedan algunos ejemplares originales.
La finca originalmente no contaba con ningún cerramiento ni seto, intentando no romper esa conexión entre la vivienda y el entorno de olivos y encinares que la envuelve. Las condiciones actuales y exigencias de seguridad y control han llevado a construir un cerramiento y un seto que, en parte, ha modificado esta integración de la vivienda en el paisaje pero que aseguran la privacidad y seguridad de la finca.
En la actualidad
Después de una remodelación y actualización de instalaciones, la “Casa del Príncipe” se ofrece como alojamiento turístico singular, una exclusiva villa con la catalogación de casa rural de cuatro estrellas con capacidad para 19 personas. La web del actual alojamiento ofrece una información muy interesante de la arquitectura de la casa y de las personas que han intervenido en su creación, en la construcción y acondicionamiento interior de la misma, muestra del aprecio que se tiene por su historia. Las imágenes de la vivienda inicial con el estado actual son buena muestra de la calidad de la construcción, el mantenimiento de la misma y del aprecio de sus propietarios.
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