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Libro: ‘Purgar al vecino. Soberbia, codicia y venganza’, de  Juan Carlos Buitrago Oliver
Publicado por Ángel Luis López Villaverde 
el 5 de enero de 2023

Libro: ‘Purgar al vecino. Soberbia, codicia y venganza’, de  Juan Carlos Buitrago Oliver

Publicado en Conversación sobre la Historia el 26 de diciembre de 2022

Gracias a un exhaustivo uso de fuentes, un enfoque micro y un sugerente relato de los sentimientos que canalizan las conductas humanas, este libro aporta una interpretación holística de la violencia política, económica y social vivida en una ciudad de la retaguardia republicana que sufrió, a continuación, la dura venganza de los vencedores. El libro ofrece la trazabilidad de una represión que intercambió víctimas y represores durante la guerra y la posguerra, huyendo tanto de trincheras historiográficas como de una impostada equidistancia, y proporciona herramientas metodológicas novedosas para completar el mapa de la violencia de una “larga” guerra civil.

Ángel Luis López Villaverde
Profesor Titular de Historia Contemporánea, UCLM

Conocí al autor en las aulas del antiguo Colegio Universitario de Ciudad Real, durante el primer año de la Licenciatura de Geografía e Historia, a comienzos del otoño de 1981. Y compartimos en los dos últimos años de carrera en Madrid piso y Facultad, la de Filosofía B de la Complutense, entre 1985 y 1986. Aunque elegimos especialidades diferentes (él la historia medieval y yo la contemporánea), pudimos intercambiar las confidencias que no habíamos tenido en los años anteriores y descubrimos que teníamos un pasado común. Su abuelo (Isidro Buitrago Rincón, presidente del sindicato de albañiles de Ciudad Real) y el mío (G. Alberto López Crespo, un maestro republicano, dirigente almagreño de Izquierda Republicana y concejal del Frente Popular) habían sido fusilados en la posguerra, tras la farsa de unos juicios sumarísimos de urgencia cuya sentencia estaba escrita antes desde su detención. No consta que se conocieran entre sí, pero nuestra historia familiar traumática nos unió de manera muy especial. Posteriormente, yo me dediqué a la investigación de los años de la República y la Guerra Civil y cumplí mi sueño de dedicarme a la docencia (para continuar la tradición de un abuelo paterno al que no conocí, cuya vida truncó la dictadura), mientras a Juan Carlos, la vida profesional le llevó a terrenos alejados de la universidad. Aunque seguimos, con reuniones anuales, para no perder una amistad que nos había unido en aquellos años universitarios.

El autor, Juan Carlos Buitrago Oliver, consigue destripar el pasado complejo de una comunidad, la representada por una capital de provincias manchega, en algo más de seiscientas páginas, entre las que incluye un detallado aparato bibliográfico. Partiendo de un amplio manejo de fuentes primarias y secundarias, y apoyándose en un vistoso y utilísimo apoyo de cuadros, gráficos y mapas, analiza minuciosamente la violencia política y la represión en una ciudad de la retaguardia republicana desde un enfoque micro y siguiendo el hilo conductor de la historia de las emociones durante los años previos a la guerra civil, los propiamente bélicos y durante la posguerra.

Como dice su director de tesis en el prólogo, Juan Carlos ha demostrado ser un “científico activo, que trabaja arduamente con las fuentes, que asimila y reflexiona para no solo contar la historia, sino para explicarla, arriesgando con valentía en la elaboración de teorías que contribuyen a rebasar lo estrictamente descriptivo”. Aceptando un reto muy complejo, ha conseguido “rebatir algunas hipótesis ya publicadas con anterioridad, modificar la visión de numerosos acontecimientos e impulsar una visión innovadora que desde lo local nos sirve para contribuir a la explicación general de la guerra en todo el territorio republicano, donde se ubicaba la capital manchega (…)” (pág. 13).

Estamos, por consiguiente, ante un trabajo de investigación solvente y bien documentado de microhistoria de la violencia. El autor relata “un pasado sucio” (parafraseando el reciente ensayo de José Álvarez Junco sobre el tema), marcado por la violencia  revolucionaria y la contrarrevolucionaria ejercida entre vecinos a lo largo de casi una década, con el municipio de Ciudad Real como escenario por el que se mueven múltiples actores, víctimas y represores (término que el autor prefiere al de victimarios).

El libro, como la tesis, se estructura en tres capítulos de diferente amplitud. Dos de ellos llevan el título de pecados capitales identificados por el cristianismo, la venganza –aunque en sí, no es un pecado capital, sí lo es una de sus formas, la ira— y la soberbia; y una enfermedad moral, la codicia, que, según Platón, era capaz de corromperlo todo en la ciudad. Un contenido riguroso, capaz de llegar a un público amplio gracias a su pulso narrativo, especialmente atractivo en la introducción de cada capítulo, porque el autor escribe con rigor, pero no con rigor mortis -una expresión que suele usar Ángel Viñas-, algo no demasiado habitual en trabajos académicos.

Buitrago muestra sus intenciones en la introducción del libro (págs. 19-30), donde confiesa aspirar a construir un relato interpretativo de lo pretérito que sea útil para el presente. Metodológicamente apuesta por ampliar el foco, desde una mirada micro, siguiendo como hilo conductor la historia de las emociones o de la experiencia. De modo que lo local se convierte en el método, y no en el objetivo. Este pasa a ser la naturaleza emocional de la realidad social, los sentimientos desde los que se canalizan las conductas, en este caso, las violentas. Tras una buena fundamentación metodológica, el autor se muestra con soltura en la definición de violencia, adentrándose en terrenos movedizos, pero necesarios, si se trata de trascender la cuantificación para responder a las preguntas básicas en este tipo de investigaciones.

El primer capítulo, “Soberbia” (págs. 31-86) comienza confrontando dos personalidades contrapuestas: el alcalde socialista José Maestro y el director del diario católico El Pueblo Manchego, Manuel Noblejas. Y demuestra que es capaz de atraer al lector con unos personajes y un lenguaje que tendría una fácil traducción como guion literario o cinematográfico, como le ocurre en los capítulos siguientes con otros protagonistas. Lo más destacable de este capítulo es el interesante resumen de la campaña electoral.

El siguiente capítulo, “Codicia” (págs. 87-174) empieza como el anterior, con la comparación de otros dos protagonistas: en este caso, el falangista Juan Antonio Solís (propietario de una empresa de transportes de personas y mercancías, que poseía un gran patrimonio) y el concejal Calixto Pintor (responsable de la UGT). Aunque entiende que la violencia de las guerras civiles precisa del análisis de las dimensiones económicas que las sustentan, en la codicia intervienen otros factores, pues hay más ambigüedad. El contenido se centra en la destitución (cesantía) de funcionarios en ambas retaguardias, las incautaciones, la extorsión (oficial, con recibos, y extraoficial, con impuesto “revolucionario” y “donativos” o saqueos), los tribunales (populares y de responsabilidades políticas franquistas) y la delincuencia. Especial interés tiene su detallado análisis de las colectividades y controles urbanos. De nuevo, la larga duración en torno a una temática concreta supera la compartimentación meramente cronológica, para una mejor comprensión.

El último capítulo, “Venganza”, es el más largo y novedoso, ilustrado con numerosos gráficos (págs. 175-429). El análisis de caso en su inicio lo ocupa aquí la familia Prado Cejuela, de víctima a verdugo. Una de sus principales aportaciones es la trazabilidad en relación a las víctimas y su detenido estudio sobre el modus operandi en las ejecuciones. Su otra gran aportación contradice la tesis de los “círculos concéntricos” mantenida por Fernando del Rey en Retaguardia roja (subtitulado Violencia y revolución en la guerra civil española, Galaxia Gutemberg, 2019) en la provincia de Ciudad Real [reseña aquí]. Buitrago no aprecia esa supuesta red comarcal o redes de la muerte en la capital, al igual que yo tampoco las detecté al enfrentarme a la microhistoria de la violencia en Almagro en El ventanuco. Tras las huellas de un maestro republicano (Almud, 2018).

Más controvertido resulta su calificación de la “justicia revolucionaria”, como “una violencia planificada”. Probablemente es una cuestión meramente semántica. Pero no es menor, y así lo llevo discutiendo con el autor desde hace años. Si recurrimos a la RAE, “planificación” implica un “plan general, metódicamente organizado y frecuentemente de gran amplitud, para obtener un objetivo determinado”, mientras que “organizar” es “establecer o reformar algo para lograr un fin, coordinando las personas y los medios adecuados”. A mi juicio, algo “metódicamente organizado” añade un adverbio que no se puede obviar, como también hay diferencias entre un “plan general” y una coordinación. Porque, si no hay un organismo centralizado provincial, si hay una organización autónoma de los comités locales ¿cómo se puede hablar propiamente de planificación? En cualquier caso, una discrepancia semántica como esta no resta un ápice de interés al libro. Al contrario, pues contribuye a alimentar un debate que está vivo.

Especialmente interesante resultan los últimos epígrafes de este capítulo. En “las víctimas y los represores. Nosotros y ellos” (págs. 271-353), el constructo “nosotros, ellos” le sirve para documentar cómo actúan los humanos desde las emociones, no para transmitir una imagen de “equiviolencia”, que el autor evita. A su juicio, buena parte de las víctimas fueron condenadas por su pretérito conjugado en singular: primero, desde una lógica preventiva, y más tarde desde “una planificación de la profilaxis para la limpieza revolucionaria”; y singular, porque afectó a unos sí y a otros no. También elude Buitrago el uso de expresiones tan gruesas como “genocidido” o “exterminio” y se cuestiona, como yo también lo hago, la pertinencia del uso del sintagma “persecución religiosa”.

Y muy recomendable resulta el siguiente epígrafe, “Ahora nosotros somos ellos y ellos nosotros. La justicia al revés” (353-429), donde analiza la quinta columna, a los delatores cuasi profesionales y evidencia la colaboración de la sociedad española en el engranaje de la maquinaria judicial. Muy pormenorizado y riguroso es su análisis de las causas incoadas por los tribunales franquistas a los vecinos de Ciudad Real. Interesante es así mismo su estudio sobre cómo la comisión de “examen de penas” no sirvió para unificar criterios y cómo la cierta relajación que fue produciéndose se debió a que la profilaxis estaba ya hecha. También merece la pena su estudio sobre el sistema penitenciario franquista, la dispersión, masificación y nomadismo penitenciario, la solidaridad y ayuda mutua de los presos, los batallones de trabajo, las enfermedades carcelarias, la censura, las dificultades para la concesión de la libertad condicional o los destierros.

El apartado de conclusiones resulta muy clarificador. En este sentido hay dos vías: la que prioriza la brevedad y la que, por el contrario, trasciende la mera síntesis del contenido planteando nuevas preguntas. En este caso, mantiene un equilibrio entre ambas.

En definitiva, se trata de un libro que, desde un paradigma interpretativo, con un uso exhaustivo de fuentes y un relato sugerente, huyendo de trincheras historiográficas, pero también de una impostada equidistancia, aporta un enfoque holístico de la violencia, a través de los sentimientos que canalizan las conductas humanas, en un entorno micro y un marco cronológico que trasciende lo coyuntural. Sus aportaciones no tienen por qué ser extrapolables, pero ofrece herramientas metodológicas novedosas para completar el mapa de la violencia política, económica y social, su trazabilidad y complejidad, durante esa “larga guerra civil”, prolongada mientras estuvo vigente el estado de guerra.

Reseña del libro de BUITRAGO OLIVER, Juan Carlos (2022), Purgar al vecino: soberbia, codicia y venganza. La represión en una capital de provincia durante la Guerra Civil y la posguerra. Ciudad Real, 1936-1944. Toledo, Almud.

Fuente: Conversación sobre la historia

 

 

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