Contribuciones a la ordenación del territorio en Castilla – La Mancha desde la Geografía

Por Félix Pillet Capdepón y M. Carmen Cañizares Ruiz. Fotografía de Juan Ignacio de Mesa

En 2022 se cumplirán 40 años de la creación de Castilla-La Mancha como nueva comunidad autónoma en el marco de la España de las Autonomías. Desde entonces, tanto la comarcalización como la ordenación del territorio regional y subregional han estado ausentes y desatendidas por la administración regional. Han sido diversos los intentos, más teóricos que reales, de avanzar en herramientas de planificación y en normativas legales que no se han materializado. Exponemos, a continuación, cómo paralelamente desde la Geografía se han desarrollado diversas propuestas con la intención de llenar dicho vacío, tanto en cuestiones de ordenación del territorio como de paisaje, sin mayor éxito que el puramente científico-académico, hasta el momento. Destacamos las relacionadas con los geógrafos integrados en el Grupo de Investigación Desarrollo Territorial de Castilla-La Mancha (DETER) del que los autores firmantes hemos sido o somos Investigadores Responsables.

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El cardenal ilustrado: 300 años del nacimiento de Lorenzana

Publicado en La Tribuna de Toledo el 22 de septiembre de 2022

Por Miguel Ángel Dionisio

Francisco Antonio de Lorenzana, cardenal arzobispo de Toledo, uno de los mejores exponentes de la Ilustración española, el cardenal ilustrado español por antonomasia.

Fue una de las grandes figuras de la España del siglo XVIII, con proyección a ambos lados del Atlántico. Y para Toledo y la actual Castilla-La Mancha, uno de los más notables personajes de su historia, alguien que ha dejado huella en el arte, en la cultura, en el patrimonio. Don Francisco Antonio de Lorenzana, cardenal arzobispo de Toledo, uno de los mejores exponentes de la Ilustración española, el cardenal ilustrado español por antonomasia. Hoy celebramos el tercer centenario de su nacimiento, que, unido al doscientos cincuenta aniversario de su nombramiento como arzobispo de Toledo, deberían haber hecho de este 2022 un auténtico Año Lorenzana, con el recuerdo y la conmemoración que se merece una figura de tal categoría. No ha sido posible, pero, al menos, con estas breves líneas, me gustaría honrar su memoria e invitar al conocimiento de una figura que, paradójicamente, permanece aún poco estudiada en su conjunto, demandando mayores investigaciones que la analizasen en profundidad.

Nuestro prelado nació en León un 22 de septiembre de 1722, recibiendo en el bautismo los nombres de Francisco Antonio José. Realizó sus estudios primero con los jesuitas de León y más tarde en las Universidades de Valladolid, Burgo de Osma y Salamanca. Canónigo de la catedral de Sigüenza, fue ordenado presbítero en 1751, pasando más tarde a la de Toledo en 1754, iniciando así una larga y fecunda relación con la archidiócesis primada, que en aquellos tiempos se extendía por casi toda Castilla-La Mancha, Madrid, enclaves en Extremadura (considerados por entonces parte del reino de Toledo), Jaén, Granada y la plaza de Orán, en el norte de África. Lorenzana lograría más adelante la dignidad de abad de San Vicente de la Sierra y deán de la catedral. En 1765 fue nombrado obispo de Plasencia y en 1766 se le trasladó a la sede arzobispal de México, una de las ciudades más importantes de toda la Monarquía, capital del amplio y rico virreinato de la Nueva España. En este arzobispado, Lorenzana desarrolló una intensa labor, tanto pastoral como cultural, destacando la celebración del IV Concilio Provincial Mexicano, la publicación de gramáticas indígenas y libros sobre historia de México –anotó la Historia de la Nueva España, de Hernán Cortés-; entre otras actuaciones, construyó un hospital, un hospicio de pobres y una casa de niños expósitos, promoviendo, asimismo, el urbanismo, sin descuidar las tareas propiamente pastorales como la visita a la diócesis o la predicación a los sacerdotes.

El 27 de enero de 1772 –el otro centenario- fue nombrado arzobispo de Toledo, entrando en la ciudad imperial el 3 de octubre. En 1789 el papa Pío VI le crea cardenal y en 1794, inquisidor general. Los años que pasó en la sede primada, en línea con lo hecho en la Nueva España, desarrolló una actividad pastoral y cultural desbordante, enriqueciendo la Biblioteca Arzobispal que, en consonancia con las ideas ilustradas, abrió al público, permitiendo acceder a los riquísimos fondos que hoy en día constituyen el núcleo de la colección Borbón-Lorenzana de la Biblioteca Regional; promovió la edición de los textos de los Padres Toledanos y de otros autores de la antigüedad cristiana; reeditó el Breviario y el Misal mozárabe; promovió el estudio geográfico de su vasto arzobispado, dejando una interesantísima Descripción geográfica del mismo; hizo construir en Toledo el Hospital de Dementes, o del Nuncio, así como la nueva sede de la Universidad Toledana, dos soberbios ejemplos de arte neoclásico; creó, en Toledo, Ciudad Real y Alcázar de San Juan las Reales Casas de Caridad, para mejorar la situación de la población indigente. Se podría añadir un largo etcétera de iniciativas de toda índole, que se vieron interrumpidas cuando hubo de marchar al destierro a Roma –con la excusa oficial de consolar al papa, en una Italia ocupada por los ejércitos revolucionarios franceses-, enviado por Godoy y por Carlos IV. En la Ciudad Eterna el cardenal no se olvidó de su diócesis, comprando y enviando a Toledo preciosos fondos bibliográficos que enriquecieron la Biblioteca Capitular. Participó en el cónclave que eligió a Pío VII, siendo el candidato de España para ocupar la Sede de Pedro. Consciente de que no volvería a su archidiócesis, generosamente renunció a la misma en 1800, permitiendo así que su pupilo don Luis de Borbón le sucediera. El cardenal, tras trabajar en la Congregación de Propaganda Fide, falleció en Roma el 17 de abril de 1804. Sus restos, enterrados en la basílica de Santa Croce in Gerusalemme, fueron trasladados en 1956 a la catedral de Ciudad de México a instancias de su cabildo.

Baste esta breve descripción como homenaje, en el día de su nacimiento, a una figura excepcional, «opulento en el cargo y humilde y austero en su persona», merecedora de un mayor y mejor recuerdo, por su labor cultural, artística, caritativa y pastoral, que ha dejado un amplio y rico legado en nuestra ciudad y en nuestra comunidad autónoma, por lo que estimo que ambas deberían honrar su memoria como merece.

Presentación del libro «El hombre de Montiel», de Antonio Rodríguez Huéscar, por José María Barreda

La academia del saber y la experiencia al servicio de todos

Publicado en La Tribuna de Ciudad Real el 7 de julio de 2022

Por M. E.

Un amplio grupo de profesores universitarios y catedráticos ya no activos ha puesto en marcha una plataforma intelectual para ayudar a crear opinión regional sobre los asuntos de actualidad que puedan resultar de interés en diversas materias y áreas.

Con el rector honorario de la Universidad de Castilla-La Mancha, Luis Arroyo, al frente, un grupo de cerca de cincuenta profesores y catedráticos universitarios que ya han dejado atrás su vida profesional académica activa y con una calidad de conocimientos contrastada, ha impulsado la creación de la Academia de Ciencias Sociales y Humanidades de Castilla-La Mancha, con la vocación de poner al servicio de la sociedad los conocimientos y experiencias acumuladas durante toda una vida profesional ligada a la universidad. Nombres del prestigio de Francisco Alía, Juan Ignacio de Mesa, Soledad Campos, José María Barreda, Rafael González Cañal, Alfonso Caballero Clink, Clementina Díez de Baldeón, Emilio Ontiveros, Félix Pillet o Isidro Sánchez, por poner solo unos ejemplos, figuran en la nómina de socios fundadores de un organismo que agrupa las áreas de letras en toda su extensión, junto con la de Legislación y Jurisprudencia, Economía, Sociología  y Ciencias Políticas, con la idea de utilizar sus amplios conocimientos aplicados en asuntos de actualidad. «Los que saben tienen que ayudar a los demás a formar criterio», resumía Luis Arroyo, catedrático de Derecho Penal.

Las secciones previstas en los estatutos de esta Academia son: Administración y Políticas públicas; Antropología, Filosofía y Pensamiento; Arqueología y Patrimonio; Asuntos europeos e internacionales; Bellas Artes e Historia del Arte; Cultura y Periodismo; Economía y Empresa; Geografía, Sociología y Política Social; Historia; Legislación y Jurisprudencia; Lengua y Literatura.

¿Cómo pretende esta Academia ayudar a crear opinión y criterio en el ámbito regional? Mediante actividades que comenzarán en el mes de septiembre, con cuatro temáticas ya previstas sobre las que debatir: ‘Economía y Castilla-La Mancha’,  ’40 años de comunidad autónoma en leyes’, ‘Región, comarcas y servicios’ y ‘Guerra y paz’.

Las reuniones se realizarán presencialmente y también mediante la red, tarea en la que les ayudará la Universidad de Castilla-La Mancha.

Intervención Autoridades – Pleno de Fundación de la Academia de las Ciencias Sociales y Humanidades

Por Universidad de Castilla la Mancha

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La Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), ha acogido en el Campus de Toledo el pleno de la Academia de Ciencias Sociales y Humanidades, al que han asistido el rector, Julián Garde, y el presidente del Gobierno regional, Emiliano García-Page. Presidida por el rector honorario, Luis Arroyo Zapatero, la Academia está constituida por 46 personas y tiene como objetivo “servir de plataforma para la elaboración regional de opinión académica sobre los asuntos que puedan resultar de interés y coadyuvar a la difusión cultural y de la investigación general”. La corporación se presenta “con especial fidelidad a integrar personas de todos los territorios y, a su vez, llegar a todos ellos”, según ha explicado el presidente en comparecencia previa a la celebración del pleno. Se trata también “de prestar colaboración al Gobierno de Castilla-La Mancha en lo que pueda ser de su interés. Todo ello con respeto y colaboración con las instituciones homologas de las academias locales que trabajan con denuedo desde hace muchos años, así como los institutos de estudios provinciales”, ha señalado. El pleno de la Academia, que agrupa las áreas de Letras, Legislación y Jurisprudencia, Economía, Sociología y Ciencias Políticas, está integrado por los promotores originales y varios vocales más al cargo de las diferentes secciones. Son académicos el expresidente de Castilla-La Mancha José María Barreda; el exrector Miguel Ángel Collado o los exvicerrectores de la UCLM Francisco Alía, María Ángeles Zurilla, Isidro Sánchez y Antonio Roncero, entre otras personas con actividad vinculada a la región. “La Academia se integra por su propia esencia por personalidades que han desarrollado una amplia vida académica y o profesional y se encuentra en su madurez. Buena parte de estos han alcanzado la edad de la jubilación y la Academia pretende extraer provecho de esa inmensa capacidad instalada de la región para cuya aplicación, salvo la universitaria, no tienen las administraciones mecanismos de colaboración”, ha explicado Arroyo. En el pleno, el presidente ha sometido su informe a la ratificación de la Junta de Gobierno, cuyos cargos son provisionales a la espera de celebración de elecciones el próximo mes de septiembre coincidiendo con el inicio de la actividad de la Academia. Además, el economista auditor y exalcalde de Toledo Juan Ignacio de Mesa ha presentado un trabajo sobre economía y región; el catedrático de Derecho Financiero y Tributario y exrector, Miguel Angel Collado, ha presentado otro sobre el estado del proceso legislativo de Castilla-La Mancha al cumplirse 40 años de la autonomía y el catedrático de Derecho Administrativo y director del Centro de Estudios Europeos ‘Luis Ortega Álvarez’, Isaac Martín, ha presentado un tercero sobre la guerra y la paz en Europa desde el punto de vista de la seguridad, la defensa, la economía y la legislación. La Academia cuenta con el apoyo de la UCLM en cuanto a infraestructuras físicas y de telecomunicación, aunque, según ha señalado Arroyo, “operará en reuniones físicas y virtuales, es una Academia de la era del zoom, pocas reuniones y pocos viajes”.

Toledo, 10 de junio de 2022.

Sesión Constitutiva del Pleno de Fundación de la Academia de las Ciencias Sociales y Humanidades

Por Universidad de Castilla la Mancha

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Raimundo Drudis, el director (1930-2022)

Publicado en La Tribuna de Ciudad Real el 29 de junio de 2022

Por Luis Arroyo Zapatero

A sus bien cumplidos 92 años nos ha dejado Raimundo Drudis, director por muchos años de la Escuela de Magisterio de Toledo, desde 1965 al 2000. Había nacido en 1930 en Pla de Santa María en Tarragona. Lo conocí en la primera junta de gobierno a la que acudí en el rectorado de la calle Paloma en octubre de 1985. Éramos todavía cuatro gatos entre decanos y directores y cabíamos en la sala de juntas. Entre personas de edades y formaciones tan distintas destacaba Raimundo por su carácter encantador y servicial, extraordinariamente educado y, por lo que después descubriría, el científico quizá más notable de la nueva Universidad. Pronto aprendí que era un especialista en filosofía contemporánea con extraordinaria competencia en Wittgenstein, el austriaco que triunfó en Cambridge y a cuya obra, especialmente el Tractatus Logico-Philosophicus, se acercó Raimundo de la mano de su maestro Jose María Bochenski, catedrático de la Universidad suiza de Friburgo.
A esos años de estudio en Friburgo siguieron estancias en Viena y Munich disfrutando de becas del DAAD alemán y de la fundación Alexander von Humboldt. Su vocación por la filosofía de la ciencia se inició tempranamente cuando Miguel Sánchez-Mazas creó la revista ‘Teoría’ en cuyo consejo de redacción participaba Raimundo Drudis con Carlos Paris, Gustavo Bueno y otros jóvenes prometedores.
Su obra científica ha sido ingente y su capacidad organizativa impresionante. Alcanzó a editar por sí mismo la nueva vida de la revista de Sánchez Mazas ahora con el título ‘Aporia’. Drudis obtuvo plaza en 1956 en la Escuela Normal de Maestros de Madrid desde la que se trasladó a Toledo y cuya dirección alcanza en 1965 y que no deja sino en el año 2000. En Toledo encontró la infraestructura y la autonomía de la que no dispondría nunca en ninguna plaza de Madrid, ofrecimiento que recibió en muchas ocasiones. La Escuela de Toledo, hoy Facultad de Educación, debe mucho su solidez y oficio a los años de este longevo director.
El 1969 se suma con entusiasmo a la creación del Colegio Universitario de Toledo, de cuyo patronato formó parte y con mayor entusiasmo aún se entrega a las nueva Universidad de Castilla La Mancha y sirve con generosidad a la difícil tarea que iniciaba Isidro Ramos en 1984, Llegado tres años más tarde el claustro constituyente resultó ser el miembro de más edad y por consiguiente fue el presidente de la sesión electoral de la que salí nombrado rector.
Desde que se fundó en Toledo en 1991 la Asociación de becarios de la Fundación Alexander von Humboldt, lo eligió como secretario general, y cumplió una valiosa función de enlace de los científicos españoles con la más importante organización de la promoción de la ciencia en Alemania. Hasta hace pocas semanas pude estar en contacto con él y preparamos la constitución de la Academia de Ciencias Sociales y Humanidades de Castilla la Mancha. Falleció el día 6 después de unas semanas de complicaciones. Creo que podemos recordar a nuestro Jorge Manrique: «aunque la vida perdió, nos dejo harto consuelo, su memoria», a Pepita, a sus hijos y a sus alumnos y compañeros de la hoy Facultad de Educación y de la Universidad.

Paisaje cultural, literario y patrimonio territorial como destino turístico en la comarca de La Mancha

Aportación de Félix Pillet Capdepón en el libro Paisajes Culturales Agrarios en Castilla-La Mancha.

Manuel Kant, a mediados del siglo XVIII, atribuía a la Historia el estudio del tiempo pasado y a la Geografía el análisis del espacio, un espacio físico que se correspondía con la naturaleza. La institucionalización de la Geografía (1870) puso como objeto de estudio el espacio geográfico, considerado como suma de elementos físicos y humanos, y a partir de ese momento una serie de aspectos, como la relación hombre-medio, el estudio de la región y el análisis del paisaje se convirtieron en temas de interés preferente. El espacio geográfico se ha ido adjetivando, a lo largo del siglo XX, conforme transcurrían los distintos paradigmas: espacio geográfico regional, abstracto, subjetivo, social y globallocal. Milton Santos (1996) afirmaba que el espacio geográfico, como reunión de formas (paisajes), es un híbrido que participa igualmente de lo social y de lo físico. Con el actual eclecticismo, la investigación geográfica se centra en “el territorio y sus paisajes” (Pillet, 2008: 12). Esta relación la establecemos tras conocer la definición que del paisaje hace el Convenio Europeo del Paisaje (2000): “cualquier parte del territorio tal como lo percibe la población, cuyo carácter sea el resultado de la acción y la interacción de los factores naturales y/o humanos”, es decir, el territorio hace referencia a la totalidad y el paisaje a las partes o formas que se perciben.

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Publicado en La Tribuna de Ciudad Real el 10 de junio de 2022.

Por Javier D. Bazaga. Fotografía de David Esteban.

El Gobierno de Castilla-La Mancha aprobará el próximo martes en Consejo de Gobierno el decreto para el registro y creación de academias en Castilla-La Mancha, para ofrecer un mayor marco jurídico a estas instituciones.

Lo anunció este viernes el presidente del Gobierno, Emiliano García-Page, en el marco precisamente de la sesión constitutiva de la Academia de Ciencias Sociales y Humanidades de Castilla-La Mancha, que tuvo lugar en la antigua Iglesia de San Pedro Mártir, una de las sedes de la UCLM en Toledo.

Allí, Page explicó que esta decisión deriva de la Ley de Academias de 2019, que comprometía a desarrollar ese reglamento de creación y procedimiento de registro de academias, a lo que sumó búsqueda de cauces para «apoyo económico» para que tengan un «colchón mínimo». También un planteamiento de «oferta recíproca», «pediremos ayuda, pero también tenéis que ofrecerla» dijo a los asistentes a esta sesión constitutiva, y a «producir aunque nadie se acuerde». «Será un paso más para ir normalizando las relaciones» aseguró en referencia al decreto del próximo martes.

Page aseguró que una academia como esta «tiene que ser útil» para una sociedad que «va tan deprisa que encontrar espacios de sosiego para reflexionar es muy difícil», y en la que nos vemos obligados a tomar «decisiones urgentes» constantemente, incluso desde la «más absoluta ignorancia» dijo poniendo el ejemplo de la Covid-19. «Que una organización tenga esa visión ya es bueno» concedió, con espacios para ofrecer una aportación meditada. Por eso se puso a «disposición sincera» de los integrantes de la Academia de Ciencias Sociales y Humanidades, y a cambio «abusar un poquito y con cortesía y educación», para tener ese consejo ya que «yo soy prisionero de este ritmo al que se toman las decisiones.

A la sesión constitutiva asistieron también la consejera de Educación, Rosa Ana Rodríguez, el rector de la Universidad de Castilla-La Mancha, Julián Garde, y el expresidente José María Barreda. El presidente de la misma Luis Arroyo celebró la cosntitución y aseguró que nace con «vocación de contribuir a crear». 40 años después de la constitución de la Autonomía, «creamos una academia para hacer cosas buenas para CLM, procurando no molestar y ser útiles», dijo.

Acertar con los premios

Publicado en La Tribuna de Toledo el 13 de junio de 2022

Por Miguel Ángel Collado. Fotografía de Juan Ignacio de Mesa

En el siglo XVIII el jurista italiano Giacinto Dragonetti publicó una breve obra que, según sus estudiosos, el editor de la misma decidió titular ‘De las virtudes y los premios’ como contrapunto o, más bien, como dijera Benedetto Croce, complemento del muy conocido ‘De los delitos y de las penas’ de Beccaria, aparecido un par de años antes.
La obra nos sitúa frente a la importancia y el significado de los premios que reconocen comportamientos virtuosos de los ciudadanos, es decir, aquellas actuaciones de determinadas personas que van más allá de sus deberes cívicos. Esto es algo que la sociedad y las instituciones a través de las cuales se articula y desenvuelve deben practicar por, al menos, dos razones. El agradecimiento y reconocimiento públicos a quienes se lo merecen por su comportamiento generoso y beneficioso para los demás, en primer lugar; pero además de esta hay una segunda razón para hacerlo, una razón pedagógica, ponerlos de ejemplo y estímulo para los demás en cuanto «no es la virtud otra cosa que un generoso conato de toda ley que nos conduce a procurar el bien de los demás. Ella tiene por objeto dos extremos: de una parte, el sacrificio que hace el hombre virtuoso y, de otra, la utilidad que resulta al público».
Frente a decisiones como las que habían tomado muchos emperadores, por ejemplo, Cómodo y Heliogábalo quienes recompensaban a quienes lo merecían menos, persuadidos de que las virtudes debían estar sujetas a sus caprichos, el autor de ‘De las virtudes y los premios’ destaca la importancia del justo reconocimiento del mérito como instrumento para el progreso de la sociedad. Esto cobra mayor relieve proyectado sobre la educación y su contexto. Por ello, Bernardo Tanucci, a la sazón ministro ilustrado del Reino de Nápoles, encomendó a Dragonetti la misión de reformar el sistema educativo cuyo proyecto inédito pasaba por convertir el centro educativo en el núcleo motor de un modelo de convivencia cuyo signo de identidad sea la virtud.
Siendo esto así, resulta inexcusable que la concesión de premios sea acertada en número y en premiados. Una inflación de premios los devalúa, pero más grave es el fallo en el fallo del otorgante. Los premios son algo intrínsecamente diferente a los incentivos. Los primeros reconocen un comportamiento altruista dirigido al bien común mientras que los segundos tienen una dimensión privada y premian una actitud que responde a un interés primeramente individual, aunque pueda también contribuir al interés común.
En la valoración que decida el otorgamiento de los premios por valores, comportamientos o actuaciones cívicos o sociales es preciso encontrar una proporción precisa entre los méritos y los premios que se conceden, mediante una valoración de conjunto que contrapese virtudes y deméritos de los premiados en orden a evitar el error de despreciar a los benefactores de la sociedad o institución de que se trate así como el más grave  de recompensar injustamente a quienes no lo merecen realmente por el conjunto de sus  comportamiento, más allá de estar al abrigo del poder porque, como dice Dragonetti,  «se daña más equivocando las recompensas que suprimiéndolas».
En términos similares se expresaba Jiménez de Asúa preocupado porque toda recompensa sea objeto de un juicio contradictorio para «prevenir la prodigalidad y los otros abusos, por los cuales el valor de las recompensas se degrada».  Los premios honoríficos no debieran ser moneda de cambio para retribuir favores o lograr adhesiones clientelares sino un estímulo y agradecimiento que reconozcan comportamientos muy relevantes o trayectorias ejemplares de quienes se han hecho acreedores de ellos.