La Academia

Por Jesús Fuentes Lázaro

Comenzaba el viernes, 5 de abril de 2024, y los grupos madrugadores de turistas  hacían las primeras fotografías a la impactante fachada de la Catedral. Un poco más tarde,  hacia las 11,30, en la Sala Capitular del Ayuntamiento, con la presencia del Alcalde y la Presidenta de la Diputación, se reunía el Capítulo de Toledo de la “Academia de Ciencias Sociales y Humanidades de Castilla la Mancha.” Una institución de creación reciente que aspira a reunir y divulgar la ciencia y las humanidades  de los territorios de Castilla La Mancha, aún apegados a las viejas divisiones administrativas del siglo XIX.

La Academia entronca con los principios de la milenaria Academia que Platón creara en la Atenas clásica, un lugar  donde se estudiaban y aprendían todas las ciencias. Querían entender y explicar racionalmente la realidad. El mundo en aquellos tiempos era un sueño que había que configurar. La Academia cerraría en el año 532 d.C. El modelo, sin embargo, se prolongaría en “La Casa de la Sabiduría” en Bagdad, fundada por Al-Mamun, en los tiempos que Catherine Nixey ha llamado la “Edad de la Penumbra.” Entre Bagdad y Damasco califas cultivados  acapararon  la filosofía y los saberes helenistas que llegarían a Europa, tras la consolidación de Al Andalus y el reino de Toledo. Las academias se replicarían durante el Renacimiento y más tarde con la Ilustración. Conocedores de los objetivos y trayectorias temporales  los diseñadores del escudo  de la Academia  han representado el “Mochuelo de Atenea,” símbolo de la sabiduría, arropando con sus alas al escudo de la Comunidad Autónoma.

En la nueva institución, impulsada por Luis Arroyo, lo que mueve a sus miembros es la  trasmisión de  saberes, la reflexión documentada, el descubrimiento de personajes e historias que nacieron y ocurrieron en los amplios e ignorados territorios de Castilla-la Mancha. Se trataría   de acumular en un receptáculo virtual y documental cuanta ciencia y belleza se ha producido en lugares que se  han entendido habitualmente  como un espacio de frontera, ajeno a la Historia. Probablemente esta sea una forma de diluir el aislacionismo provinciano que la política y la economía aún no han sabido desmontar. ¡Qué bonito acto, qué bonitas palabras, qué doctas intervenciones, qué proyectos se anuncian para hacer realidad el sueño de la ciencia y las humanidades colectivas en Castilla la Mancha!

Paren esas guerras de una vez

Por Antonio Marco

Publicado en El Decano de Guadalajara el 10 de abril de 2024

«Ucrania debe ganar la guerra, pero Rusia no puede perderla» o viceversa: «Rusia debe perder la guerra, pero Ucrania no puede ganarla» o incluso hay quien añadiría «Rusia debe ganar la guerra, pero Ucrania no puede perderla».  Esta paradoja se viene repitiendo por algunos analistas internacionales prácticamente desde el mismo momento de su comienzo, hace ya más de dos años. Así, con estas reflexiones comienza también su reciente artículo en un importante medio de comunicación nacional Francisco Vallespín, conocido catedrático universitario, politólogo, también presidente del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) durante cuatro años (2004-2008). Esto se veía venir desde el momento en que se comprueba la capacidad de resistencia ucraniana con la ayuda occidental y la incapacidad rusa para obtener una rápida  victoria, como algunos anunciaban que iba a ocurrir. Recuerdo haber comentado y hasta escrito entonces mis deseos de que la guerra acabase inmediatamente, porque el sufrimiento iba a ser inmenso para miles, millones de personas. Y eso es lo que está ocurriendo.

No es el momento de elucubrar quién es el culpable, quién tiene razón y quién carece de ella. En las guerras, desgraciadamente la única razón es la fuerza y parece que en la situación actual tan compleja no hay fuerza suficiente en ninguno de los contendientes para imponer su santa voluntad al otro. Aunque podemos lamentarnos, al menos, y preguntarnos ¿qué ha ocurrido para que, acabada la guerra fría, desmoronado el bloque soviético, incorporada Rusia a una peculiar economía capitalista, cuando no parecía un peligro para Occidente, hayamos llegado a una situación en la que parte de este nuestro Occidente vuelve a ver a Rusia como una amenaza y peligro a nuestra existencia y aceptemos que nos debemos preparar para la guerra? Dejo la pregunta, con el ruego de que, antes de una respuesta apropiada, cada cual estudie, investigue y conozca lo que, aunque muy próximo, es historia reciente, y emita una opinión bien formada y no repita ideas que no son sino mera propaganda.

Solo quiero resaltar el sinsentido asesino de mantener sine die una guerra y destrucción de las partes cuando ninguna de ellas puede ganar y para mayor abundamiento el conflicto puede escalar de manera terrorífica porque una de las partes tiene armas nucleares de infinita capacidad de destrucción y los avalistas de la otra tienen no menor capacidad nuclear y destructiva.

Mientras tanto son cientos de miles las personas muertas y heridas; no sabemos cuántas, porque ni Rusia ni Ucrania dan datos fidedignos, esa es también un desinformación útil para la guerra. Estos cientos de miles de personas, militares y también civiles que sin duda han muerto ya, son generalmente para nosotros, a pesar de la cercanía física, meras cifras, estadística que escasas veces logran mover el sentimiento, el dolor, la empatía de sentir que esas cifras son seres humanos, muy jóvenes, cargados de ilusión, de proyectos que se truncan. Es más, generalmente son cifras frías y asépticas, algunas veces excepcionalmente acompañadas de imágenes terribles que suelen venir precedidas, por si acaso, de la advertencia de que «pueden herir la sensibilidad». Lo más inhumano de estas guerras es la evidencia de que estos soldados, enviados a la confrontación sabiendo que van a morir, en realidad parecen ser meros apéndices de la maquinaria bélica, parte integrante del carro blindado, de la batería antiaérea o de la batería antimisiles y con la misma frialdad con la que los jefes militares asumen que los carros de combate son destruidos, con la misma  asumen la muerte de un ser vivo.

El pasado domingo por la tarde recibíamos en mi familia la noticia, nunca imaginada y nunca deseada, aunque posible, de que el soldado ucraniano Tolik, de veinticinco años, apenas hace un año casado, había muerto. Tolik había estado algunos veranos en Guadalajara siendo niño; venía a convivir algunos meses con una ejemplar familia y aquí lo conocimos nosotros, mi familia. Una tía suya, integrada en la familia española que tan generosamente les acogió, es desde hace mucho tiempo una conciudadana nuestra. La madre de Tolik pudo salir de Ucrania al principio de la guerra con una hermana de Tolik y vive entre nosotros con todas las dificultades que estas situaciones suelen tener. Tolik, en edad de servicio militar y útil para la guerra, no pudo salir. Del impacto y dolor que su muerte ha producido en su familia y en la de los amigos que los conocemos pueden dar idea alguna de las frases que mi hija ha escrito en alguna de las redes sociales en las que tan presentes están los jóvenes:

«Te conocí solo de niño, estabas aquí en España, con tu carita de ángel y tus increíbles ojos azules llenos de fuerza, alegría y energía, profundos y preciosos como un océano. No parabas quieto ni un segundo. Ahora, eras ya un joven adulto…¡Qué terrible…! Imposible de encajar esta noticia, te recordaré siempre, toda la vida. Lo siento tanto… nos atraviesa el alma. Por ti, por tu juventud, por toda tu familia, porque mi amiga, la persona con un corazón de oro, bondad y generosidad inconmensurables y sus seres queridos tengan que pasar por este duro golpe. Malditas sean las guerras, malditas. Malditos sean todos los responsables. Malditos quienes las generan».

Pero si «Ucrania debe ganar la guerra, pero Rusia no puede perderla» o viceversa, «Rusia debe perder la guerra, pero Ucrania no puede ganarla», ¿para qué ha muerto Tolik y tantos miles de jóvenes como él? ¿Para qué tanto dolor? ¿Para qué tanto sufrimiento? Esto es un inhumano sinsentido que nos debe obligar a mostrar nuestra solidaridad con todas las víctimas y sus familias y a exigir el fin inmediato de la guerra e inmediatamente ponerse todos a trabajar por la paz definitiva, aunque parezca lejana.

El espectáculo de la floración de los almendros en Toledo cada año va a más

Por Eduardo Sánchez Butragueño

Publicado en El Español. Sección El Digital Castilla-La Mancha, el 28 de febrero de 2024

El almendro, cuyo nombre científico es Prunus dulcis, es un arbolillo que rara vez alcanza gran porte, aunque existen ejemplares de hasta diez metros de altura. Si bien es originario de las regiones montañosas de Asia central, su presencia entre nosotros se remonta muy probablemente a época romana tras haber sido introducido en Europa por los fenicios. No en vano, se han hallado restos de almendras y productos derivados de ellas en barcos hundidos en época romana.

Durante el periodo islámico en la Península, su cultivo se potenció más si cabe, especialmente por el dominio que los árabes demostraron en técnicas de jardinería como los injertos, en los que los almendros jugaron un papel clave, pues la variedad amarga del almendro (Prunus dulcis var. Amara) se consolidó, por su resistencia y adaptación a suelos calizos y periodos de sequía, como el mejor portainjerto conocido de otras cotizadas especies de rosáceas como los melocotoneros, los albaricoqueros, los ciruelos y el resto de las variedades de almendros dulces.

Los almendros se convirtieron, por tanto, en una pieza esencial e indispensable en el panorama agrícola peninsular, tanto por los usos de las almendras como por su valor como portainjertos de otros frutales. Como consecuencia, en las zonas más fértiles como son las vegas y valles de los grandes ríos, la presencia de almendros era masiva. Ello era especialmente destacado en aquellos territorios en los que esta especie prospera con mayor facilidad, que son aquellos situados entre 200 y 600 metros de altitud y en los que las temperaturas mínimas no desciendan de los -15 ºC pero que cuenten con inviernos bien marcados, pues el almendro tiene unas necesidades de «horas de frío» para cumplir su ciclo vegetativo a la perfección.

La ciudad de Toledo era, por tanto, un hábitat idóneo para el almendro, pues su fértil valle del Tajo, situado a unos 500 metros sobre el nivel del mar, contaba con ese clima continental de inviernos bien definidos, pero no severísimos, que la especie requiere. Y las precipitaciones, aunque no son demasiado elevadas, sí son suficientes para las necesidades de este rústico árbol, por lo que la almendra en Toledo era una de las pequeñas cosechas prácticamente aseguradas anualmente, salvo que alguna helada tardía quemase las tiernas flores.

Por todo ello, siguiendo ese determinismo geográfico por el que nuestra realidad viene marcada por las condiciones de nuestro entorno, no es de extrañar que, con el paso de los siglos, haya sido un alimento basado en la almendra, como es el mazapán, el mayor emblema gastronómico de la ciudad de Toledo. Este alimento de maravillosa sencillez (almendra, azúcar o miel, huevo y agua), fue casi un sustento de emergencia en casas y conventos que contasen con una pequeña despensa. El mazapán es todo un símbolo, un embajador y un motivo de orgullo cívico para los que habitamos la ciudad. A poco que se conoce un poco la historia del almendro, el mazapán nos habla de nuestra mezcla de culturas, de nuestra historia y de nuestra austeridad estrechamente ligada a nuestro clima.

Sin embargo, hasta la fecha no se ha valorado suficientemente otra faceta de los almendros toledanos, que no es otra que su espectacular floración que habitualmente tiene lugar en el mes de febrero. Ha sido en las últimas décadas, con el descenso de la cabaña ganadera y la generalización del uso de combustibles en vez de madera para usos cotidianos, cuando se ha producido un notable reverdecimiento de todos los contornos de Toledo, especialmente en el flanco sur de la ciudad. De este modo, los cerros que rodean la ciudad desde la zona de la Academia de Infantería, pasando por todo el Valle y los Cigarrales hasta llegar a Montesión y San Bernardo, han visto cómo en los últimos años su cobertura vegetal se ha incrementado en gran medida. Y es allí, entre encinas, cornicabras, almeces y retamas, donde también han prosperado de modo natural y espontáneo miles de almendros salvajes que, llegado febrero, florecen de manera explosiva llenando de un espectacular manto blanquecino-rosáceo estas, ya de por sí, preciosas laderas toledanas.

En las últimas semanas hemos asistido a este bello adelanto de la primavera (o despedida del invierno) que es la floración del almendro en Toledo, que cada vez se manifiesta con mayor intensidad según van germinando, año tras año, más y más almendras diseminadas tanto por el viento y la gravedad como por la acción de la rica fauna de los contornos de Toledo.

Pobladas por los descendientes de esos primeros almendros cultivados que un día saltaron la valla de huertas y jardines para asilvestrarse, nuestras rocosas pendientes, las vaguadas cigarraleras y los riscos que se asoman al Tajo se engalanan de un modo tan vistoso que ya piden a gritos un mínimo reconocimiento, aunque sea tan efímero como su floración. Esta reivindicación de su belleza ha sido mi humilde objetivo al escribir estas breves líneas para recordar que, a veces, tenemos al alcance de la mano paisajes que nos trasladan imaginariamente a otras famosas y masivas floraciones como las de los cerezos japoneses o los del más cercano Valle del Jerte.

La fuerte caída puede poner en riesgo el equilibrio financiero

Por Emma Real.

Publicado en la Tribuna de Albacete el 4 de abril de 2024

El decano de Económicas y Empresariales sostiene que las políticas agresivas de tarifas ferroviarias deben ir acompasadas con la demanda y, sobre todo, con los costes

Los mercados, también en el ámbito del transporte, tienen unos comportamientos que hay que tener en cuenta. El decano de la Facultad de Económicas y Empresariales de la UCLM, en el Campus de Albacete, Francisco Escribano,  concreta que son «cuatro grandes aspectos» a tener en cuenta.

El principal, y que cae por su lógica, es que, a mayor oferta, los precios caen, «ocurre con cualquier producto y en cualquier mercado». La pregunta es «hasta cuánto pueden caer», porque una bajada excesiva «puede tener efectos perjudiciales» para las empresas y generar pérdidas.

Junto a ello, hay que analizar si las plazas ofertadas por las distintas compañías se están cubriendo o no. «Se observa a lo largo del año pasado que la oferta se mantuvo estable» y, al tiempo, hubo un aumento de viajeros, «creciendo un 6,2% en el último trimestre, probablemente porque abaratar precios haya servido de reclamo».

Si las compañías son capaces de crecer en cuota de viajeros, «puede que finalmente tenga sentido esta política de bajada de precios», considera este economista.

Por contra, habría que analizar seriamente «cómo puede afectar la bajada de precios si no incrementa de forma considerable el número de viajeros en cada compañía». Ya hay algunas que han tomado decisiones de negocio para contener el coste, como Iryo, que opera solo en la línea Madrid-Alicante de viernes a domingo.

Efectos secundarios. Con todas estas cuestiones sobre la mesa, habría que tener en cuenta una variable más, según aborda Francisco Escribano: «ver cómo afecta esta política de precios al resto de oferta ferroviaria con la que contamos».

Lo aclara al indicar que, en Albacete, «el AVE solo lo tenemos en esta línea, pero hemos perdido toda la relación con el Levante, los trenes a Valencia son media distancia, y la relación con Extremadura y Andalucía también es con trenes convencionales».  Si la caída de precios avanza, puede llevar a que haya viajeros que «se replanteen y, para viajar a Valencia apuesten por ir a de Albacete a Cuenca y de ésta a la capital del Turia, todo en alta velocidad».

Con ello, la vía convencional «puede sufrir un nuevo revés», algo que sería muy negativo -considera el decano de Económicas y Empresariales- porque contribuyen a vertebrar el territorio.

Acompasar a los costes. Independientemente de este análisis centrado en las conclusiones del informe reciente de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, Escribano insiste en una idea fundamental. «Los precios tienen que ir vinculados a los costes de los servicios».

Según el Observatorio del Transporte y Logística de España, «en 2023 los costes en el transporte de viajeros subieron», por los de personal, los de mantenimiento y otros. «Esta política de precios no puede ser sostenible a largo plazo,  llevaría a las empresas a un desequilibrio financiero».

La Academia de Ciencias Sociales inaugura capítulo en Toledo

Por Á. de la Paz.

Publicado en la Tribuna de Toledo el 5 de abril de 2024

Luis Arroyo, presidente de la institución, defiende una iniciativa que apuesta por la «elaboración de ideas» y la creación de un espacio para el «intercambio» entre académicos. El capítulo toledano reúne a 150 miembros.

La sala capitular del Ayuntamiento de Toledo ha acogido la presentación del capítulo toledano de la Academia de Ciencias Sociales y Humanidades de Castilla-La Mancha, un proyecto presidido por Luis Arroyo, antiguo rector de la UCLM, y que tendrá como vicepresidente a Juan Ignacio de Mesa, el primer alcalde de la ciudad tras la restauración democrática. Arroyo defiende una iniciativa que apuesta por la «elaboración de ideas» y la creación de un espacio para el «intercambio» entre académicos. El capítulo toledano reúne a 150 miembros.

El presidente de la institución académica defiende la utilidad de la entidad para «una región que sigue en estado de nacimiento». La intención de los capítulos es la de «llevar iniciativas desde las capitales y las provincias» al conjunto de Castilla-La Mancha. Arroyo señala la importancia de que los «asuntos» de los pequeños territorios tengan una mayor proyección a través de la entidad autonómica.

Además, Arroyo define al capítulo como una «forma de organización» eficaz y reclama el espíritu de «continuación» con el legado de la Orden de Toledo, una asociación vanguardista creada en los años veinte del pasado siglo.

El alcalde de Toledo, por su parte, insiste en la condición de la ciudad «como espacio de creadores y para la generación de conocimiento». Carlos Velázquez subraya cómo aquella convivencia de las tres culturas «se convierte en el germen de la universalización de los conocimientos a través de la Escuela de Traductores». Con Toledo en la carrera por la capitalidad europea de la cultura en 2031, el primer edil insiste en la idea de «ciudad como cuna de conocimiento». El máximo responsable de la Administración municipal confía en la «huella» que dejará la institución.

La presidenta de la Diputación, Conchi Cedillo, aplaude la propuesta investigadora y científica de los académicos. «Me siento honrada», asegura la también alcaldesa de Mocejón.

Personalidades como Rafael Canogar, Jesús Fuentes Lázaro, Inmaculada Herranz, Susana de la Sierra, Eduardo Sánchez Butragueño o José Carlos Vizuete han sido reconocidos con un diploma. Además, el capítulo ha presentado sus primeras aportaciones y trabajos.

El Museo de Albacete acoge ‘Instantes decisivos’

Por Antonio Díaz

Publicado en la Tribuna de Albacete el 15 de marzo de 2024

El Museo de Albacete acogió la inauguración de la exposición Instantes decisivos. Fotografía en la colección Julián Castilla, en un acto de contó con la presencia, entre otras autoridades, del consejero de Educación, Cultura y Deportes de la Junta de Comunidades, Amador Pastor Noheda, que acompañó de Julián Castilla y la comisaria de la muestra, María Toral.

María Toral destacó que Instantes decisivos, que se podrá visitar en el Museo de Albacete hasta el 5 de mayo, es la historia de la fotografía, «no solo española, sino internacional, con una selección de 90 piezas del coleccionista Julián Castilla, de la mano de los protagonistas indiscutibles de este arte imprescindible en nuestro tiempo, con obras de Alfred Stieglitz, Man Ray, Cartier-Bresson y, por supuesto, mucho manchego, no podía faltar Cristina García Rodero y llegaremos hasta nuestros días, con obras de Tofiño o Pablo Genovés, una colección realmente interesante».

Julián Castilla indicó que «la exposición traza un recorrido por lo mejor de la fotografía del siglo XX y del siglo XXI, empezamos con una fotografía de Alfred Stieglitz de 1902, clave en el movimiento pictorialista, y terminamos con la fotografía contemporánea más reciente. Vamos a ver a los grandes fotógrafos de Magnum, a los que han conseguido la Medalla de Oro de Bellas Artes, y las fotografías que están aquí son la mejor obra de cada fotógrafo».

apuesta. El consejero, Amador Pastor subrayó que hoy, «la agenda cultural se mueve en Albacete para visibilizar la apuesta que hacemos por engrandecer y enriquecer los recursos que ofrecen nuestros museos. Inauguramos una exposición abierta hasta el 5 de mayo y puedo anunciar que después se desplazará a la provincia de Guadalajara».

Agradeció la iniciativa de Julián Castilla «que nos puede ofrecer multitud de recursos, tanto de pintura como de escultura, pero hemos optado por darle visibilidad a este conjunto de fotografías que representan décimas de segundo y nos traerán a la memoria momentos decisivos de esta historia, muy contemporánea, que a cada uno le provocará un conjunto de sentimientos». Valoró Amador Pastor «la fortaleza que tiene la cultura de Castilla-La Mancha, aprovechamos nuestra red de museos para darle, además de los espacios permanentes, en los temporales, visibilidad a múltiples aspectos de la cultura y esto me hace hacer una reflexión y ha sido el dato histórico que ha tenido nuestra región en 2023, el conjunto de visitas que hemos tenido, gracias, como decía, a aportaciones como la que hoy vivimos con estas exposiciones temporales, que enriquecen la oferta que hacemos, ya que en 2023 tuvimos más de 700.000 visitas en los museos regionales de Castilla-La Mancha, gracias a la fortaleza de ese tejido cultural que tenemos, que suma a favor de obra y, además, selecciona muy bien lo que queremos dar a conocer a la ciudadanía y enriquecer su propuesta cultural».

Como consejero de Educación resaltó la apuesta «por incorporar gabinetes didácticos a los museos, porque queremos trabajar desde las edades más tempranas en el amor por la cultura y, sobre todo, el conocimiento de esos recursos culturales que ofrecen nuestros museos».

Publicaciones. Vino y vida: Propuestas para incrementar el valor añadido en la industria del vino desde las Ciencias Sociales y las Humanidades

El presente volumen recoge una selección de las presentaciones que tuvieron lugar en la sesión de trabajo organizada por la Sección de Economía de la Academia de Ciencias Sociales y Humanidades de Castilla la Mancha en la Feria Nacional del Vino (FENAVIN) en Ciudad Real, en mayo de 2023.
Esta iniciativa, que da origen a la actividad de la sección, responde con precisión a los fines programáticos de la Academia: promover y desarrollar el estudio y la investigación en los diferentes
campos de interés de la sociedad y de la administración pública regional para ayudar a construir y mejorar el presente y, sobre todo, el futuro. Con este objetivo, y en colaboración con la Academia de Gastronomía, académicos y expertos debatieron en la feria de referencia para la industria vitivinícola en torno a cómo incrementar el valor añadido en la industria del vino desde las ciencias sociales y las humanidades.

Puede accederse al libro en PDF en la sección «publicaciones» o en el siguiente enlace: Vino y Vida

Luis Arroyo Zapatero, nombrado por el Papa Francisco miembro fundador del Instituto Fray Bartolomé de Las Casas

Ciudad Real, 29 de febrero de 2024

El catedrático de Derecho Penal y rector honorario de la Universidad y presidente de la Academia de Ciencias Sociales de Castilla‐La Mancha, Luis Arroyo Zapatero, ha sido nombrado por el Papa Francisco miembro fundador del Instituto de investigación y promoción de los derechos sociales “Fray Bartolomé de las Casas”.

Este instituto, creado por el Papa Francisco el pasado 15 de agosto de 2023, comenzó su andadura ayer 28 de febrero con una reunión en Buenos Aires que presidió por videoconferencia el propio pontífice argentino.

El Instituto cuenta con 14 miembros fundadores, 3 de ellos son europeos: Luis Arroyo Zapatero, Mauro Palma, el más importante responsable de las garantías de las personas privadas de libertad en Italia, y José Luis de la Cuesta, catedrático de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) en San Sebastián y anterior presidente de la Asociation Internationale de Droit Pènal.

El profesor Arroyo Zapatero ha colaborado estos años en los trabajos del Papa Francisco por la abolición de la pena de muerte, que condujo a su completa abolición en la última reforma del Catecismo.

El instituto, que toma el nombre de Fray Bartolomé de las Casas en reconocimiento al valor universal por la defensa de los derechos de los naturales de América, se ocupará de aquellas cuestiones sociales que han sido abordadas por el Papa en estos años, entre otros, la lucha contra la pobreza, la marginación, las migraciones y el medio ambiente, y que se recogen en sus dos encíclicas al respecto.

El lema del instituto recoge una expresión del Papa: No hay democracia con hambre, desarrollo con pobreza, ni justicia en la inequidad.

Los presidentes del Instituto son Marcelo Suarez-Orozco, rector de la Universidad de Massachusetts (Boston) y catedrático de Ciencias de la globalización en su Facultad de Educación; Alberto Filippi, catedrático emérito de la Universidad de Camerino; y Raúl Zaffaroni, catedrático emérito de la Universidad de Buenos Aires y antiguo Juez de la Corte Suprema y de la Interamericana.

El Instituto está vinculado a la Academia Pontificia de Ciencias Sociales y financiado por el Comité Panamericano de Juezas y Jueces por los Derechos Sociales y la Doctrina Franciscana (COPAJU), cuya sede estará en Brasilia y que contará con sedes locales.

Quirógrafo (Decreto) del Papa Francisco:

https://press.vatican.va/content/salastampa/it/bollettino/pubblico/2023/08/18/0570/01244.html

“Instituto Fray Bartolomé De Las Casas”

No hay democracia con hambre, desarrollo con pobreza ni justicia en la inequidad

https://www.institutodelascasas.org/

COMITÉ PANAMERICANO DE JUEZAS Y JUECES POR LOS DERECHOS SOCIALES Y DOCTRINA FRANCISCANA:

https://www.copaju.org/

CORTAFUEGOS

Por Ángel Luis López Villaverde

Publicado en El DiaDigital.es el 27 de Febrero de 2024

La clase política tiene mala fama. En especial, en España. Coletazos de una larga dictadura, que abusó de la retórica contra la “partitocracia”, palabra recuperada ahora por sus herederos para convencer a incautos. He discutido a menudo sobre ello en mi entorno personal y profesional. Tiendo a defender su papel y no creo que los políticos de ahora sean peores que sus predecesores. Eso me genera críticas. Aunque se habla mucho de quien no aparenta más interés que su cartera o su ego, son más quienes responden al ejercicio de esa función por vocación. No hay estadísticas fiables, pero están ahí. Asumir responsabilidades públicas comporta no pocas renuncias. No salen tanto en las noticias, aunque se dejen la piel. Pisan poco por casa. Hay que valer para eso.

Cualquier persona de mi generación puede dar fe de las enormes mutaciones vividas en el país. No hay cambio sin lucha, sin presión desde abajo. El empuje y propuestas de la sociedad civil resultan fundamentales. Los votantes aúpan o derriban gobiernos. Pero son decisiones políticas las que se trasladan a los boletines oficiales. Y en el camino, se quedan muchos pelos en la gatera. No lo olvidemos.

Se suele argumentar que la democracia es el menos malo de los sistemas posibles. Niego la mayor. Es, en cambio, el más humano de todos. De humanos es errar y, precisamente, en democracia se pueden corregir errores de manera incruenta. Cada periodo electoral es una nueva oportunidad. Es el único régimen con capacidad de regeneración y de (re)cambio pacífico. No sólo permite denunciar sus trapos sucios. Su supervivencia depende de ello. La corrupción, que es consustancial con una dictadura, aunque se tape, es el cáncer de la convivencia democrática, pese a que destaparla aumenta la desafección ciudadana. Y si el corrupto es “uno de los nuestros”, debe intervenir el bisturí con mayor precisión, si cabe. No valen comparaciones, ni se contrarrestan sus efectos sacando el ventilador. Al contrario.

Hay un exministro que no tiene quien le avale. Aunque no se le han imputado aún responsabilidades penales, las políticas son evidentes. Que un hombre de su confianza, a su servicio y con sueldo público, se aprovechara de una calamidad del calibre de la pandemia para enriquecerse, usando un despacho oficial, pavoneándose de estar por encima del bien y del mal, produce una enorme nausea. Que no supiera nada su superior no le libera de rendir cuentas.

Nunca olvidaré la vergüenza que provocaron los escándalos de corrupción socialista en los años noventa entre sus propias bases. Segaron la hierba bajo los pies de González. Sus sucesores políticos hicieron de la lucha contra la corrupción su principal divisa, a modo de catarsis. Por eso, si la sospecha salpica a quien actuó de portavoz parlamentario y perteneció a un gobierno cuya carta de presentación fue dignificar la vida pública, echando a otro corrupto, el cortafuegos es aún más necesario. No vaya a ser que, como hemos visto en el reciente y trágico incendio en Valencia, una chispa aislada provoque la destrucción y ruina de toda una comunidad.

El responsable del asesor que, supuestamente, se ha lucrado aprovechándose de una situación de emergencia, sólo tiene una salida posible. La alternativa es volver a chapotear en la inmundicia. Hay sectores políticos que, como las especies coprófagas, sobreviven bien en ese hábitat. Y se aprovechan de que sus bases más fieles no parecen tener mayores remilgos. Pero no todos son (somos) iguales.

Sin ejemplaridad se desvanece la legitimidad. El partido que hizo ministro al político ahora señalado, que le otorgó las mayores responsabilidades en su organización, le ha conminado a dejar el acta. El mejor servicio público que podría hacer en estas circunstancias es una retirada con dignidad. Sin embargo, a la hora de escribir esta columna, no se ha producido. Incluso podría atrincherarse en el escaño. La legalidad se lo permite. Podría estar pensando en estirar su inmunidad parlamentaria o en vender caro su apoyo desde el grupo mixto, dada la debilidad de la coalición gubernamental. Supondría añadir una traición consentida a una culpa “in vigilando”. En este contexto, la oposición, crecida por “septimana horribilis” socialista, le anima a tirar de la manta. Que el partido condenado por lucrarse con la trama Gürtel recurra a esta estrategia, sin haber asumido su responsabilidad por haberse beneficiado de negocios corruptos del pasado, implica una sobreactuación por su parte que alimenta la antipolítica. Espero que el vodevil no se estire demasiado. Me resisto a cambiar de opinión sobre la clase política española.

La España de casi siempre (entre la ilusión y el desencanto)

Por Pedro A. González Moreno

Publicado en el diario Lanza en 23 de febrero de 2024

Durante algún tiempo creímos ingenuamente que habíamos superado el tópico machadiano de las dos Españas, siempre enfrentadas y atrincheradas en actitudes irreconciliables.

Los ciclos de los partidos políticos siguen leyes parecidas a las que rigen en la naturaleza: nacen, crecen, se instalan en el poder y, aunque pretenden perpetuarse en él, finalmente desaparecen. Pero su instinto de supervivencia es tan fuerte, que antes de extinguirse, al igual que sucede en la división celular, unas veces se desgajan en otros partidos, otras se fagocitan, se transforman o, simplemente, se destruyen unos a otros recurriendo a sofisticadas técnicas depredadoras. En algunos casos, sobre la tierra quemada que dejan al desaparecer, surgen otros partidos con apariencia de nuevos y con nuevos líderes, que volverán a intentar la lucha feroz por la supervivencia política.

  UPyD, C’s, IU, Podemos, Sumar o Vox, por citar sólo ejemplos muy conocidos, son siglas o marcas que pueden ilustrar bien lo dicho anteriormente. En las elecciones generales de 2015 y 2016 se produjo un sorprendente reajuste del espectro político tras la irrupción de dos nuevos colores en el monótono y desteñido mapa del bipartidismo. Por esos años publiqué un artículo, tal vez demasiado optimista, titulado Las dos Españas (y media), donde reflexioné sobre la España bipolar, a cuyo viejo y destartalado carro le habían crecido, de pronto, un par de ruedas más: un par de ruedas flamantes y aún no desgastadas por la erosión del poder.

El tópico de las dos Españas

La aparición de Ciudadanos y Podemos reflejaba en las urnas el agotamiento de una vieja fórmula: la de los dos grandes partidos turnándose en el gobierno. Al mismo tiempo, aquellos resultados revelaban la apuesta por una nueva forma de hacer o de entender la política: una presunta y oxigenadora nueva política cuyos protagonistas parecían bien vacunados contra la corrupción, el nepotismo, las intrigas y conjuras partidistas, el sectarismo, el desmedido afán de poder, el uso sistemático del engaño y la mentira…

En definitiva, durante algún tiempo creímos ingenuamente que habíamos superado el tópico machadiano de las dos Españas, siempre enfrentadas y atrincheradas en actitudes irreconciliables. Sin embargo, los neumáticos de los nuevos partidos políticos no venían diseñados para largos viajes, sino más bien para trayectos de cercanías.

El ejercicio del poder (o la mera aspiración a él) es una devastadora máquina corrosiva, y apenas una década después aquellos nuevos partidos han desaparecido o están en trance de desaparecer. Mientras tanto, la política española se encuentra más polarizada que nunca, empeñada como casi siempre en resolverlo todo a golpes, igual que los dos personajes del famoso “Duelo a garrotazos” de Goya. Y mientras unos u otros partidos van y vienen y giran en la ruleta democrática, los ciudadanos votan y votan y vuelven a votar y, a golpes de ilusión y desencanto, van distanciándose progresivamente de una casta política por la que se sienten cada vez menos representados.

Un espectáculo circense

En el espectáculo circense de la política nacional hay de todo. Hay malabaristas que manejan los cuchillos con más arte que un matarife; hay prestidigitadores que sacan de su chistera un conejo (o coneja) al mismo tiempo que un decreto-ley. Hay contorsionistas capaces de someter su cuerpo a inverosímiles genuflexiones con tal de mantenerse unos cuantos días más en el sillón de sus privilegios. Hay domadores (y domadoras) que hacen restallar su látigo contra las fieras del capitalismo desenfrenado y contra las bestias de la sociedad patriarcal. Hay funambulistas que se mueven por el alambre con el mismo desparpajo que por los entresijos del poder. Hay saltimbanquis que, con agilidad pasmosa, saltan de cargo en cargo como los abejorros de flor en flor, y nunca han tenido otro oficio que el de vivir aferrados a las ubres de la Administración. Hay trapecistas sin red que realizan saltos y pactos mortales y algunas otras piruetas poco recomendables para la buena gobernanza del país. Y hay también, por supuesto, payasos (y payasas) que, de cuando en cuando, entretienen al público con sus chascarrillos o sus histriónicas bufonadas.

Hoy en día, si hubiera que vender la carne de político en los supermercados, seguramente (y a pesar de la inflación) resultaría más barata que una vulgar pechuga de pollo. Hechas las debidas excepciones, que siempre las hay, aunque nos la vendieran envuelta en seda electoral con incrustaciones de diamante, esa carne tendría el olor de la putrefacción y el tufo de la desconfianza.

Unos comicios tras otros, entre el hastío y el cabreo, los ciudadanos asoman a las urnas buscando por la derecha, por el centro o por la izquierda, unas siglas o unos dignos representantes públicos que no acaban de encontrar. Y unas legislaturas tras otras, se encuentran siempre con la misma ruleta de discursos oxidados y palabras vacías, con las mismas ambiciones, con las mismas luchas tribales por el poder, con la misma costumbre de anteponer el bien personal al colectivo…

Mientras haya gobernantes que utilicen la política como una forma de medrar socialmente, tendremos que repetir de nuevo, con Ángel Ganivet, que España no sólo es “un país absurdo y metafísicamente imposible”, sino también mal gobernado.